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vacunosSólo este mes se registra un déficit de lluvias de 58% en relación al mismo mes del año anterior, lo cual sumado a las bajas temperaturas, han retrasado en varias semanas el rebrote de las praderas. Según Odepa, ello ha sido uno de los factores para la menor producción y recepción de leche en las plantas nacionales.

Si bien durante el martes 24 de mayo cayeron 47.1 milímetros de agua en Osorno y al día siguiente precipitaron 11.4 milímetros, lo cierto es que el déficit hídrico en la provincia aún persiste.

De hecho, sólo en mayo de este año han caído 79.2 milímetros versus los 188.7 milímetros registrados en el mismo mes de 2015, lo cual representa un déficit de 58% en este mes, de acuerdo a los datos de la Dirección Meteorológica de Chile.

Ello ha generado una serie de inconvenientes en la zona, como menor caudal en los ríos, desabastecimiento de agua para consumo humano en las áreas rurales y también ha complicado la producción lechera y cárnica de la zona.

De ello da cuenta el agricultor Augusto Willer, del sector Pelleco en Osorno, quien indica que el agua caída en los últimos días no ha cambiado mucho la pobre situación que presentan las praderas, fuente de alimentación para su rebaño lechero.

Según el último informe lechero de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en la temporada de otoño el panorama del sector lechero de la zona sur no ha sido muy distinto al de los meses de verano precedentes. Aún persiste un déficit hídrico que afecta las actividades propias de inicio de otoño y las labores de siembra y fertilización tradicionales de esta época del año, que han debido esperar mejores condiciones. Adicionalmente, el rebrote otoñal de las praderas también se ha atrasado, producto de la escasez de precipitaciones y bajas temperaturas.

“Esto obliga a continuar alimentando el rebaño a expensas del forraje conservado que debería destinarse al invierno”, detalla.

En el informe de Odepa se precisa que la baja que mostró el comportamiento forrajero, especialmente en marzo, sumado a las escasas lluvias caídas durante el año en las regiones de Los Ríos y Los Lagos, han hecho que grandes, medianos y pequeños productores recurran de manera anticipada al forraje guardado durante la primavera pasada o hayan debido adquirir alimento suplementario para compensar el escaso rebrote que ha experimentado la pradera, con el consiguiente perjuicio económico que ello representa.

Razones y experiencia

Según Alfredo Torres, especialista en praderas y cultivos forrajeros del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) Remehue, el comportamiento productivo de praderas, cultivos suplementarios y del ganado depende entre otros factores, de las condiciones climáticas imperantes, por lo cual hay ocasiones en que la situación en un período determinado difiere del rango al cual están adaptados los animales y plantas, provocando una disminución de la producción de forraje, que sería lo que sucede hoy en la provincia.

Las bajas precipitaciones que se han registrado durante el transcurso del año han retrasado en varias semanas el rebrote de las praderas, que en marzo experimentó su mayor baja.

El experto señala que debido a otros factores climáticos, abril se acercó al promedio de crecimiento histórico, lo mismo que mayo, el cual debiera presentar un crecimiento normal.

Sin embargo, la baja del forraje experimentada durante marzo, más el atraso en varias semanas del rebrote en las praderas y los intensos fríos registrados, mantiene en ascuas a los productores lecheros, quienes se encuentran preocupados con lo que ocurre.

Así lo indica Andrés Follert, quien señala a esta fecha la pradera debiera estar verde, pero aún se mantiene de color café. Asegura que este es el segundo año donde se ha visto afectado el rebrote de las praderas, al igual que su producción de leche. Para el agricultor de Purranque, el crecimiento de sus praderas ha sido 50% menos al de un año normal.

El problema para Follert es que con los fríos que se registran el rebrote recién comenzaría a darse en agosto. Y para él, las consecuencias son tremendas, ya que estaría perdiendo gran parte de la producción lechera del invierno; por lo mismo, actualmente alimenta a su ganado con forraje guardado durante la primavera y concentrado, lo que le resta ganancias.

A esto suma que gran parte de los productores que conoce, se encuentran con una carga menor de animales, ya que la sequía del año pasado los obligó a vender parte del rebaño lechero.

Y aunque no se atreve a estimar en cuánto ha bajado su producción láctea, sabe que hay una disminución notable, además de alza en los costos.

“A ello debemos sumar que las empresas que nos compran la leche, no tienen contemplación con nosotros; los precios están muy bajos”, concluye.

De acuerdo a Odepa, durante el primer trimestre de 2016 la recepción de leche en las plantas que informan a dicha entidad alcanzó un volumen total de 508,2 millones de litros. Esto significó una baja de 1,5% en relación con igual período del año anterior. No obstante, hay que considerar que en el primer trimestre de 2015, a causa de la gran sequía en la primavera y verano 2014-15, se registró una baja de recepción de casi 7% respecto de igual período de 2014.

“Particularmente, en las zonas lecheras la recepción de marzo cayó sobre 15% respecto del mismo mes del año anterior”, aclara el informe.

Y añade que además del déficit hídrico, otro factor que incide en la menor entrega de leche a las plantas es la cantidad inferior de vacas en producción, consecuencia del mayor beneficio en 2014 y 2015. A ello se suma el adelanto del secado de un número importante de vacas menos productivas al final del período de ordeña y que algunas lecherías alimentan a sus terneros con leche, reemplazando el uso de sustitutos, con lo cual está disminuyendo la entrega a plantas.

Reafirmando todo esto, la agricultora, ingeniera agrónoma e integrante de la directiva de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), Adriana Mohr, señala que quienes de cierta forma dependen del rebrote de las praderas para ahorrar costos en el forraje, han notado que este año el proceso ha sido más lento que en años anteriores.

“Pensábamos que una vez que culminara el verano -que se presentó con escasez de agua- repuntaría el tema, pero no fue así”, explica con tono de preocupación, ya que el 70% de la alimentación de los bovinos es en base a praderas.

Mohr asegura que muchos productores han comenzado a ocupar anticipadamente el forraje guardado.

“Lo normal es comenzar a utilizarlo a inicios de mayo, pero los lecheros lo estamos utilizando desde febrero”, dice.

Debido a esta problemática que se presenta desde hace un tiempo, algunos productores abandonaron el negocio o cerraron sus lecherías. Por lo mismo, Mohr augura que para las próximas temporadas serán muchos más los que seguramente dejarán el rubro para dedicarse a otra actividad.

Crisis

Si para Augusto Willer, 2015 fue de emergencia para el rubro, considera que este año es una crisis.

Ello, porque debido a la baja producción de las praderas en el último año ha tenido que deshacerse del 20 por ciento de su ganado. Y como si esto fuera poco, el litro de leche se encuentra entre $30 y $40 más bajo de lo que debería.

Considera que este año ha sido particularmente duro con él y sus colegas del rubro, muchos de los cuales han tendido que vender animales, cambiar de actividad o aferrarse y tratar de aguantar el chaparrón que significa la baja productividad de las praderas y el menor precio de la leche.

“El verano pasado se experimentó una sequía temprano y ahora el frío retrasa el crecimiento. Es complicado porque las praderas pasan de la sequía al frío y no tienen tiempo para recuperarse en el invierno, ya que las raíces debieron acumular reservas”, argumenta.

Willer, quien el año pasado fue el primer lechero de la zona en implementar un sistema de paneles solares con el fin de abaratar costos de operación, señala que la producción de leche ha bajado, pero que si el precio de venta fuera el adecuado, aún así la situación se podría sostener.

“El problema es que con lo que está sucediendo, hay que usar alimento externo, lo que encarece los costos. Además, no hay interés por parte de las plantas lecheras en traspasar sus números positivos a quienes les prevén la leche”.

Willer señala que este es un trato injusto hacia los productores, ya que las compañías se encuentran obligadas a enviarles los boletines donde se detallan las ganancias, “las cuales han llegado al 90% en promedio desde el 2014″.

Willer agrega que muchos colegas se encuentran en una situación delicada y algunos han abandonado o se han cambiado de rubro. “Falta poco para que algunos piensen incluso, en algunas medidas más extremas”, expresa.

El agricultor de Pelleco trata de ahorrar en todo lo que puede, para evitar despedir a sus empleados, con la esperanza de que se trate sólo de una tormenta pasajera y que después vendrá la calma.

“Lo normal es que el forraje guardado en primavera se utilice en mayo, pero este año empezamos a hacerlo en febrero”.

Adriana Mohr, Agricultora y directora de Sago

508,2 millones de litros de leche recepcionaron durante el primer trimestre del año las plantas lecheras que informan a Odepa, lo cual es 1,5% más bajo que el mismo periodo del año anterior.

15 por ciento cayó la recepción durante marzo de 2016 en las zonas eminentemente lecheras, en relación al mismo mes el año pasado.

70 por ciento del alimento que se le entrega al rebaño de lechería en esta época corresponde a praderas, según estimó la ingeniero agrónomo Adriana Mohr.

Fuente: Austral de Osorno

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