Comparte

SONY DSCEn el rubro exportador frutícola se estima que las pérdidas por sobremaduración llegan hasta un 4% del valor FOB exportado por la industria. Estas pérdidas fluctúan año a año en función de factores climáticos y condiciones de cosecha entre otros, factores que resultan de difícil predicción y manejo.

 

Las exportaciones agrícolas chilenas superan los US$ 5.000 millones anuales, donde la fruta fresca tiene una incidencia del orden del 80%. La condición geográfica aislada de Chile y en consecuencia, las largas distancias hasta los mercados de consumo final presentan desafíos únicos a la industria y la necesidad de desarrollar tecnologías que ayuden a evitar mermas y pérdidas de frutas y verduras durante su traslado. Buscando una solución para la industria exportadora, en la empresa Innvento desarrollaron el Filtro Voronoi en base a una innovadora tecnología sustentada en el carbón activado, que ayuda a evitar que las frutas o verduras se descompongan durante el tránsito a los países de destino.

Claudio Muñoz, gerente general de Innvento, señala que “a nivel global se estima que las pérdidas de alimentos en postcosecha y exportación pueden llegar a superar el 4% del valor FOB exportado. Por eso Voronoi está orientado a la  Industria Hortofrutícola que ejecuta una operación exigente de proceso y embalaje de grandes volúmenes de productos frescos que se trasladan desde Chile a los puertos finales. A veces se producen mermas por el estado de sobremaduración y problemas de calidad de los productos al momento de arribo a los mercado de destino. Se estima que las pérdidas de la industria por esta situación llegan a U$120 millones por temporada”.

Los principales problemas al interior del conteiner son originados por patógenos como el “Etileno”, hormona vegetal que producen y liberan frutas y verduras en su proceso natural de maduración. Esta fitohormona se presenta en forma de gas y genera un efecto en cadena, es decir, si una fruta o verdura libera etileno al ambiente, estimulará a los otros vegetales presentes a madurar. También se pueden hacer presentes los “Hongos”, microorganismos de gran capacidad de adaptación que se desarrollan en cualquier medio o superficie. Requieren de otros seres para alimentarse y reproducirse, dañándolos en este proceso. Y como si fuera poco, tienen gran capacidad para multiplicarse.

“En Innvento creamos el filtro Voronoi (único en el mundo y en proceso de solicitud internacional de patente), que posee una tecnología de impregnación única que tiene asociada el desarrollo “In House” de equipos y procesos. El uso eficiente de la gran área superficial del carbón activado, y el hecho de poder impregnar agentes activos en toda ella, es lo que permite garantizar la funcionalidad y eficiencia del filtro por largos períodos de tiempo”, detalla Muñoz.

Técnicamente, nos indica, se está aprovechando toda el área superficial del carbón activado, donde 1 gramo de carbón activado tiene una superficie útil de 1.500 metros cuadrado, el equivalente a 7 canchas de tenis. De esta forma, Voronoi ofrece a sus usuarios una superficie tratada con agentes activos de casi 20.000 metros cuadrados para ser dispuesta en un contenedor. Este es el factor que diferencia a Voronoi.

El proceso de retardamiento de la maduración de frutas y verduras se genera mediante un proceso de Acción Activa. El filtro se ubica en la rejilla de la toma de aire del enfriador posicionándolo sobre los extractores y sujetándolo por medio de las amarras provistas en el empaque. El aire caliente sube y arrastra los agentes patógenos hacia la toma de aire del enfriador, donde pasan por el filtro y son degradados y/o destruidos. Al operar el enfriador, éste inyecta aire frío al compartimiento de carga, empujando el aire caliente hacia arriba, arrastrando los agentes patógenos. La operación continua de recirculación del enfriador permite que el aire del ambiente del contenedor sea purificado durante el viaje del contenedor.

Esto genera múltiples beneficios a los productores, exportadores y clientes, acota Claudio Muñoz de Innvento: “Primero se elimina el etileno del ambiente. Se genera una mayor certidumbre de la condición de llegada y maximiza los retornos. El cliente recibe el producto con la calidad esperada (textura y apariencia), manteniendo éste además su valor nutricional. De esta manera se logra un beneficio importante para toda la cadena exportadora, donde se acotan los riesgos normales del negocio, beneficiándose productores, exportadores y los recibidores.

Como el filtro Voronoi es el único de su clase en el mundo, en Innvento los sometieron a procesos de pruebas y certificaciones en Chile y Alemania. Las pruebas consideraron el uso de cámaras con circulación de aire constante en el tiempo y otra con movimiento de aire programado. Asimismo, para las mediciones se utilizaron equipos de medición en línea y otros de muestras específicas en distintos intervalos de tiempo (cromatógrafo de gases). Se demostró que los agentes activos dispuesto en el filtro se encuentran activos y disponibles para actuar en al ambiente, y que con la presencia de éste se produce una reducción del etileno presente en el ambiente.

De igual forma, durante el proceso se midió la presencia de intermediarios en el ambiente (muestras independientes de aire), para así garantizar el proceso de oxidación del etileno (funcionalidad). En los resultados se obtuvo un consumo promedio de etileno de un 24% cada 8 horas en una cámara de 20 m3 y comenzando con una carga inicial de 10 ppm.

“Nuestro objetivo era lograr un producto con una funcionalidad y performance que nos permitiera ofrecer una excelente relación costo beneficio a la industria, aspecto que estamos seguros de haber logrado”, acota finalmente Muñoz.

Fuente: Portal del Campo

Últimas Noticias