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¿De dónde vienen los modismos chilenos? “Que plancha hueón, me mande un tremendo condoro con mi polola”, esta frase, comprensible por la gran mayoría de los chilenos, para un extranjero sonaría a alguna especie de idioma alienígena. Es que somos buenos para distorsionar nuestro lenguaje, dando origen a nuestros apreciados chilenismos, aunque rara vez nos preguntamos cómo aparecen o de donde provienen, simplemente los usamos. Por eso, para quedar como el rey del asado (o del conocimiento inútil), a continuación les presentamos el origen de algunos de nuestros vocablos más característicos.
Bacán: Quizás uno de los chilenismos más utilizados después del huevón. Es muy popular y ya es difícil que alguien no entienda su uso, sobre todo si se es chileno, pero por si acaso, se utiliza para referirse a algo extraordinario o muy agradable. La teoría más fuerte es que proviene del término “bacanales”, que en el imperio romano eran las fiestas en honor al dios Baco (dios del vino). Imaginarán como eran de buenas esas fiestas. Ojo, no es que los romanos usaran la palabra bacán, simplemente la adoptamos de su concepto de celebraciones descontroladas.
Pololear: Si en Chile estás pololeando quiere decir que tienes una pareja estable o una relación afectiva con un
cierto grado de formalidad, pero sin un vínculo legal. Es distinto a ser novios, ya que eso implica un compromiso a casarse en el futuro, en el pololeo no. El origen de la palabra se remonta hacia 1880. En esa época era común ver coleópteros que se acercaban al fuego y a la parafina. Esta afinidad de los insectos, llamados pololos, por las llamas, motivó a los bomberos de una compañía en Santiago a mandar a hacer una insignia con su figura. Entonces, después, como símbolo o prueba de amor se las regalaban a las enamoradas, por esto se les empezó a decir pololas.
Luca: Es actualmente el billete de mil pesos, pero también la usamos para el dinero en general. La palabra surgió en el siglo XVIII cuando se llamaba “pelucona” a una moneda de oro en la que aparecía el monarca con una gran peluca. Después, por acortar la palabra, se cambió a “peluca” y luego pasó a ser simplemente luca. Siempre hemos tratado de ahorrar letras y aire en pronunciarlas.
Cachai: Es otro término que ya es parte de nuestro uso diario y que se refiere a comprender algo. También puede ser usado en remplazo del verbo imaginar: “¡Te cachai que tuviera ese auto!”. Su origen viene del inglés “to catch” que exactamente se refiere a atrapar, pero es usada para referirse a entender o comprender algo.
Ponerle pino: Esto quiere decir realizar una actividad con muchas ganas y con
esfuerzo. El pino, obviamente, no se refiere a los arboles sino que al relleno de las empanadas que se compone de carne, cebolla, huevo y pasas. Entonces, rellenar una empanada con harto pino, es una empanada hecha con ganas.
Cabros / cabras: Este término es utilizado para referirse a hombres y mujeres jovenes. También es usado por estos para hablar de su grupo de amigos: “Me juntaré con los cabros”. Dicen algunos que esto es porque antiguamente “cabra” era un carruaje tirado por un solo caballo. Normalmente en ellos viajaban muchachas de alcurnia, por lo que la palabra paso a usarse para referirse a estas mujeres.
Patas negras: Se llama así a las personas que se involucran amorosamente con alguien que ya tiene pareja o es casado. Se dice que la expresión nació en Lota y era el sobrenombre de un minero del carbón que trabajaba de noche y que al terminar su jornada, temprano en la mañana, visitaba a escondidas a la esposa del jefe de la mina. Como los vecinos lo veían llegar descalzo, con los pies negros por el carbón y además sabían lo que sucedía, le comenzaron a decir el patas negras.
Fuente: http://www.eldefinido.cl/actualidad/pais/1062/Conoce_el_origen_de_algunos_de_nuestros_chilenismos/

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