Además de brindar sus sabrosos frutos azules, cultivar arándanos es interesante por su atractivo follaje, su floración y su vivaz colorido.
Conocidos como super alimentos debido a su elevado contenido vitamínico, los arándanos producen arbustos compactos que prosperan muy bien en macetas de patio, lo que los hace perfectos para un huerto urbano.
Además de brindar sus sabrosos frutos azules, cultivar arándanos es interesante por su atractivo follaje, su floración y su vivaz colorido.
Si bien los más conocidos son los azules, también hay arándanos de otros colores como rojo y negro, entre otros.
Antiguamente estos frutos del bosque eran muy utilizados para prevenir y tratar enfermedades relacionadas con las vías urinarias, debido a un componente que contiene que aumenta la acidez de la orina y no permite que se desarrollen las bacterias en este medio.
Los arándanos son ideales para cultivar en macetas porque tienen un sistema radicular poco profundo que se adapta fácilmente al espacio reducido de un recipiente.
Otro motivo para cultivarlos de esta forma es que estos frutos requieren suelo especializado con un pH bajo y ácido (rango ideal: de 4,5 a 4,8).
Con las plántulas en el suelo, mantener este pH bajo puede requerir un esfuerzo constante y coordinado, en cambio en una maceta puede crear el pH de suelo ideal al momento de siembra y conservarlo durante 6 a 10 años, antes de emprender una enmienda de suelo importante.
Asimismo puede conseguir semillas y colocarlas en una caja plana de 7, 5 cm de profundidad llena de turba de musgo húmeda, pero va a llevar mucho más tiempo el proceso que hacerlo a partir de una plántula o un esqueje.
Es conveniente que conozca la procedencia de la plántula, es decir que no haya sido tratada con fertilizantes nitrogenados o con otros productos químicos.
Garantice su origen natural para que su cultivo sea orgánico, dirigiéndose a mercados orgánicos o recurriendo a algún conocido que tenga un arbusto en su casa.
Recomendaciones para el cultivo hogareño de arándanos
Tamaño de la maceta: cuando compre un arbusto de arándanos por primera vez, colóquelo en una maceta de 30 centímetros durante los primeros dos o tres años. Luego, trasplántelo a un recipiente de 50 a 60 centímetros de diámetro.
Estrato adecuado: llene los recipientes con esta mezcla de suelo para mejores rendimientos:
- 40% turba de musgo, sin tratar.
- 20% fibra de coco (tiras de cáscara de coco, disponible en la mayoría de los centros de jardinería).
- 20% de perlita.
- 20% compost de lombriz.
Polinización
Si bien, técnicamente, los arándanos se auto polinizan, obtendrá rendimientos más consistentes y mejores si planta más de un tipo para una polinización cruzada.
Elija tipos de arándanos con períodos de floración que se superpongan.
Otras claves para el éxito
- Los arándanos necesitan mucho sol.
- Mantenga la humedad del suelo de forma consistente. Controle el pH del agua, una fuente de agua alcalina cambia el pH del suelo (en las jardinerías o viveros hay dispositivos para medir el pH).
- Fertilice de 4 a 6 semanas después de sembrar. Nunca utilice fertilizantes que contengan nitratos.
- Riéguelos preferentemente con agua de lluvia.
Resultado: los más deliciosos arándanos orgánicos
¿Por qué consumir orgánico?
En primer lugar, porque los productos orgánicos son buenos para la salud. Estos no contienen químicos, pesticidas, fertilizantes o aditivos sintéticos que envenenan el organismo.
Además cualquier profesional recomendaría el consumo de los mismos porque tienen muchas más vitaminas, minerales y antioxidantes que los otros. Del mismo modo, su sabor y textura son auténticos y sus colores están llenos de vida.
Por otro lado, al cultivarlos nosotros mismos ahorramos gastos de distribución y combustible, que impactan en el calentamiento global y propician los gases efecto invernadero. Un círculo que cierra por todos lados.
Fuente: La Gran Época