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ganaderoA un año de la apertura de ese mercado, los asiáticos se han convertido en el segundo mayor destino de las exportaciones nacionales de carne bovina y en la industria lo perciben como una oportunidad nunca antes vista para el rubro. Sin embargo, la caída de casi 30% en la masa ganadera local, las regulaciones que impiden vender algunos cortes en Chile y la ausencia de una estrategia que apunte al valor agregado y el desarrollo de la marca país son temas urgentes de solucionar.

Es una tarde lluviosa en Osorno y el salón del hotel donde se realiza el seminario sobre el potencial de China para el mercado de las carnes está repleto. En la Corporación de la Carne, que organiza el encuentro, aseguran que nunca habían tenido tanto éxito. Hay unas 200 personas, la mayoría de ellas ganaderos y productores de leche de la Región de Los Lagos y Los Ríos. Faltan sillas. Hay expectación.

Un año antes, en Valdivia, el mismo seminario anunciaba el auspicioso panorama que se abría para Chile por esos días con el acceso de la carne de vacuno a China. Y en apenas doce meses, los números le dan la razón: los asiáticos se han convertido en el segundo destino más importante para las exportaciones nacionales del sector, con más de mil toneladas de carne enviadas solo en el primer semestre de este año (ver infografía), lo que ha devuelto el ánimo exportador en el rubro.

Por eso, la industria quiere ir por más. Si en este primer año los despachos a China se han enfocado en animales completos, enviados en varas o cuartos de varas, el próximo paso es apuntar a cortes de mayor valor, orientados a nichos de precios más altos. Si en estos meses Chile ha mandado carne de vacas lecheras, el upgrade que se busca es apostar por las razas cárnicas y la diferenciación, al destacar la calidad y sanidad de la producción nacional, sobre todo porque en el último trimestre del año pasado Brasil también entró al mercado chino y golpeó los precios a la baja, al mandar unas 40 mil toneladas de carne en menos de un año.

Uno de los principales retos que enfrenta el sector para lograr esos objetivos es disponer del ganado suficiente como para tener una oferta estable a lo largo del año. Allí, el cambio en la normativa sobre el uso de hormonas que implementará el SAG a fines de este año -donde quienes usen hormonas tendrán que certificarse, al revés de lo que ocurre actualmente- marcará la primera modificación relevante, al ampliar el volumen exportable. Pero todavía no es suficiente.

“China es un mercado creciente, ascendente, impactante. Nos invita a conocerlos, pero estamos en un desafío grande, ya que podríamos crecer en nuestras exportaciones, pero tenemos una oferta disminuida”, plantea como uno de los principales retos por solucionar el presidente de la Corporación de la Carne, Harry Jürgensen, quien estuvo hace poco más de un mes en una misión comercial para explorar el mercado chino.

También está pendiente revisar la normativa nacional de tipificación de las carnes -que dificulta vender en Chile cortes de vacas lecheras que no se venden en China y que en el país, por el nivel de tipificación, no resultan comerciales-, y desarrollar una estrategia conjunta en la industria de la carne para abordar ese mercado, con el foco puesto en promover la marca país y en llegar a los mercados de nicho.

De la vara al corte

Frigorífico Osorno es una de las empresas que han liderado en las exportaciones de carne a China, al enviar un promedio de cuatro contenedores mensuales a ese mercado, lo que equivale a unas 1.167 toneladas en 14 meses. Y, aunque consideran que la cifra es positiva, proyectan que el potencial de ventas y utilidades podría ser mucho mayor si se apostara por los cortes y no las varas.

“Hoy estamos en el commodity y tenemos que avanzar al nicho. Si uno se instala un mes en una ciudad china y recorre a los compradores de carne, va a encontrar un negocio de nicho. La retribución puede ser tan grande que vale la pena”, asegura el gerente general de Frigosorno, Alejandro Anwandter.

La dificultad que existe en Chile para llegar a esos espacios se explica porque no todas las piezas tienen buenos precios o demanda en el gigante asiático y, por lo tanto, sería necesario vender algunas en el mercado nacional.

Y el problema de eso es que, como la mayoría de la carne que hoy se exporta a China es de vacas de lechería, la norma de tipificación hace que sus productos no tengan vías de comercialización en el mercado interno, porque corresponden a la categoría “U”. Las cadenas de supermercados, por ejemplo -que venden en torno al 80% de la carne de vacuno en el país-, por definición solo compran la “V”.

“Tenemos un pésimo potencial de integración entre los cortes del mercado nacional y los de exportación. Si tengo un producto muy bien pagado en China y de los 270 kilos vara de una vaca puedo exportar 100 kilos, el resto no tiene salida en Chile. Por eso, en este momento nos sale mejor mandar el animal completo”, explica Alejandro Anwandter.

Otro punto crítico es contar con los animales que tengan las características que se requieren para poder acceder a los segmentos de mayor valor. Por eso, en ProCarne -empresa ligada al holding Tattersall-, pese a que se han orientado a las exportaciones en otros mercados, hasta ahora no están centrados en China.

“Lamentablemente, China hoy solo da para la vara desde Chile, y nosotros creemos que tenemos que ser un país manufacturero, no uno que exporta commodities”, plantea Gonzalo Arias, vicepresidente ejecutivo de la compañía que hoy, entre otros negocios, abastece de hamburguesas a los McDonald’s de Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Panamá.

Para llegar a la calidad que necesitan los cortes de mayor valor y contar con ganado estable a lo largo del año, una de las estrategias que están desarrollando es integrarse, produciendo sus propios animales y asociándose con productores, a los que les dan asistencia técnica y precios de año corrido. Ello implica apoyar cambios en la manera de mirar el negocio por parte de los ganaderos.

“Estamos tratando de decirles qué queremos que ellos produzcan según las necesidades del consumidor, no de lo que les acomoda más producir”, explica, aunque reconoce que solo el 10% de los 110 mil animales que procesan al año corresponde a ese modelo.

Más animales y calidad

El presidente de la Corporación de la Carne y del holding Frigosorno, Harry Jürgensen, lleva unos 55 años dedicado a este rubro. Al mostrar las oportunidades que ofrece China para las exportaciones, no esconde su preocupación por el punto más débil que actualmente impide aprovecharla: la fuerte caída de la masa ganadera que muestra Chile.

“Estamos en una crisis. Nuestra ganadería está alicaída. Cuando pensamos que nuestra masa ganadera ha caído, a todos nos duele”, dice.

Durante los últimos ocho años, los bajos precios y las constantes disminuciones en las exportaciones de carne se han traducido en una brusca caída del volumen de ganado bovino. Solo entre 2007 y el año pasado, la baja fue de 27%, situándose en unos 2,7 millones de cabezas, una tendencia que se da en todas las regiones del país (ver infografía). Si eso se compara con los datos de 1997, la disminución es aún más fuerte, de 33%.

Si bien la oportunidad que representa China y la recuperación actual de los precios -que en el caso de los novillos, durante el primer semestre alcanzó niveles récord, de unos $1.000 el kilo- son incentivos claros para retomar la producción, los expertos plantean que también es la hora de preguntarse qué tipo de ganado requiere el país para impulsar las exportaciones, ya que orientarse al mercado interno no es percibido como una vía interesante para generar rentabilidad.

“La carne de vacuno importada hoy es 35% más barata que la chilena y el 61% de la carne que se consume en el país es importada”, detalla Hermann Rusch, gerente general de la Agrícola y Forestal Taquihue, que engorda unas 1.500 cabezas al año.

En ese sentido, añade que es crucial comenzar a producir calidad y en forma permanente, con especialización dentro del área de la carne y rompiendo la estacionalidad que caracteriza a la ganadería bovina

“Hay muchas razas y manejos distintos, también mucha desuniformidad en el término de los animales. Hay poca especialización entre los productores de carne y por ese lado tenemos un gran desafío. Hoy día, hacer un contenedor con cortes parecidos o iguales no es un trabajo menor”, plantea Rusch.

Promover la marca Chile

La feria SIAL de Shanghái es una de las mejores vitrinas para promover los alimentos en Asia; recibió este año cerca de 80 mil visitantes. Entre sus stands destacó el despliegue de Brasil, Argentina y Uruguay en el ámbito de la carne, rubro en el que Chile no participó como país. Por eso, una de las metas que se ha fijado la Corporación de la Carne es estar allí el próximo año, aun cuando tendría un costo de entre US$ 500 mil y US$ 1 millón.

Pero eso es solo uno de los objetivos para ganar terreno en China. La otra idea es aprovechar el acuerdo que existe con las autoridades asiáticas para utilizar las instalaciones del pabellón de Chile en la expo Shanghái, que incluso podría permitirles a las empresas nacionales distribuir carne en forma directa en esa ciudad.

“Es una tremenda opción. Son tres mil metros cuadrados que están a disposición de los empresarios chilenos para exponer y comercializar sus productos, con todas las instalaciones que se precisan, incluso bodegas y salas de venta. Podríamos estar vendiendo la carne al detalle, lo que nos falta solo es tener las ganas y el producto con la calidad que se requiere”, asegura Harry Jürgensen, y detalla que contar con una membresía en el pabellón tendría un costo de US$ 15 mil anuales para la Corporación de la Carne.

Detrás de esas oportunidades concretas, el desafío para la industria está en cómo potenciar la marca Chile en el área de la carne, donde no es percibido como un actor relevante y enfrenta la fuerte competencia de los productores del Mercosur.

En ese sentido, Harry Jürgensen destaca que las condiciones sanitarias del país y su apertura comercial son la mejor carta de presentación y lo que se debe seguir explotando ante los chinos. “A diferencia de Hong Kong, China es un mercado que pone más reglas y en el cual Chile, con sus relaciones diplomáticas y comerciales, es visto como un mercado blanco. Tenemos la competitividad de ser sanos, limpios, reconocidos y serios, y para ellos es un agrado hacer negocios con el país”, recalca.

Para aprovechar la buena reputación y las alternativas de comercialización en China, en la industria consideran que un punto clave será definir una visión exportadora conjunta, que involucre a toda la cadena, con el apoyo estatal.

“Nuestra cadena de la carne tiene una disparidad que nos resta valor agregado y en eso tenemos que trabajar, para tener una visión de desarrollo única, desde la producción hasta las plantas faenadoras, donde las autoridades implementen las soluciones que el sector privado le transmita”, plantea Alejandro Anwandter.

Si bien esa necesidad ya se había detectado años atrás, cuando se impulsaron las exportaciones de carne a Europa, sin llegar a resultados concretos, esta vez podría ser diferente.

“Hoy día la industria, los productores y los comercializadores nos estamos entendiendo y poniendo de acuerdo. Eso no se había dado antes y ocurre ahora porque maduramos las personas, las organizaciones y los mercados… Y nos estamos alineando”, asegura con optimismo Gonzalo Arias.

El apetito de los chinos no se detiene

La visión de los exportadores chilenos concuerda con las proyecciones mundiales que analizan el impacto de China en el mercado de la carne de vacuno.

Un informe de mediados del año pasado del Rabobankestima que para el año 2025 se requerirán 2,2 millones más de toneladas para abastecer a ese mercado, donde el 80% podría corresponder a la producción interna, por lo que las importaciones tendrán un rol clave.

“Mientras que el principal mercado se mantendrá basadoen los commodities y los precios, la aparición de nichos demuestra que existe una demanda diferenciada y que los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto premium, con valor agregado. Las nuevas dinámicas de consumo ofrecerán a las grandes compañías globales -que hoy exportan carne a granel a China- oportunidades para focalizarse en la creación de valor y de marcas”, dice el informe.

Fuente: SAGO

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