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seguros-agricolasUn poco más de lo que cuesta una caja de tomates durante su temporada de mayor demanda, es decir 18 mil pesos, fue el valor efectivo que pagaron los agricultores y agricultoras de los valles de Arica cuando compraron el seguro agrícola que les permitió proteger sus predios y recuperar parte de la inversión realizada, tras las pérdidas parciales y totales de sus cultivos producto de la situación de emergencia climática ocurrida los días 29 de junio y 4 de julio de 2016.

Así lo explicó Jorge Torres Caballero, director regional de INDAP, quien lideró el trabajo en terreno realizado en los Valles de Azapa y Lluta, “y que consistió básicamente en la revisión de los cultivos afectados; la supervigilancia de plantas, flores y frutos para observar hasta qué punto resultaron quemados por la sal y el viento; y la evaluación de cómo estas pérdidas resultarían reflejadas en la producción”, explicó Claudio Dinamarca Rojas, jefe del Depto. de Asistencia Financiera de la institución en Arica y Parinacota.

Apoyo técnico

¿Cómo se calcula el valor de un seguro agrícola?
La prima neta de un seguro agrícola tiene un valor de $1.135.778. Si se agrega el impuesto de valor agregado IVA de $215.818, resulta en una prima total de $1.351.767.

Sin embargo, los usuarios de Indap que forman parte de la agricultura familiar campesina de la Región reciben un subsidio especial, llamado Pacsa, que se suma a otro beneficio entregado por el Estado a través de Agroseguros y que suman entre ambos $1.117.316.

“Si descontamos este aporte del valor real de la prima, cada agricultor que contrata un seguro agrícola debería pagar $234.465; el cuál, con el descuento del tributo del IVA que asciende a $215.818, queda finalmente en un monto a pagar de $18.647”, puntualizó Jorge Torres.

“En términos prácticos, este seguro sirve para proteger una hectárea de tomate injertado bajo malla, que corresponde a la póliza más cara, ya que los valores disminuyen con otros cultivos, como por ejemplo cebollas y pimientos”, agregó Claudio Dinamarca.

¿Cómo se hace la proyección de la pérdida?

Se toma en cuenta la temporalidad de los “racimos” de la planta. Por ejemplo para los frutos del tomate, los racimos corresponden a 5 ó 6 unidades por planta y éstas, a su vez, equivalen a 1 kg de tomates los que vienen de las flores. “Por tanto, si se queman las flores tampoco habrá frutos. Finalmente, calculamos el valor en base al número de plantas y de kilos que el agricultor tenía en sus invernaderos o en su predio”, explicó Dinamarca.

El profesional agregó que, en el caso puntual de esta emergencia, la proyección consideró un elemento estacional, “ya que los racimos que se quemaron correspondían a la producción de tomate de la primera quincena de septiembre, la que se sabía iba a tener un alto valor en el mercado, con un precio por caja  de aproximadamente 12 a 15 mil pesos”.

Pérdidas

De acuerdo a las visitas realizadas por INDAP y Agroseguros se pudo precisar que el agricultor que menos cultivos tenía era 1 estación de tomates (equivalentes a 2.500 metros cuadrados o un cuarto de hectárea)  y el que más, tenía casi 2 hectáreas, con 10 mil a 12 mil plantas a doble eje.

“Durante la emergencia se registraron 69 denuncios correspondientes al seguro agrícola, de un total de 189 pólizas colocadas en la región. Finalmente, de éstos resultaron a pago 21 casos, por casi 65 millones de pesos ( 2465.32 UF), lo que nos llevó a finiquitar pagos que van desde 105 mil hasta 20 millones de pesos”, indicó Dinamarca.

Finalmente, Jorge Torres Caballero destacó la potencia que tienen los seguros agrícolas como herramienta y su utilidad para los agricultores, “ya que los protege en el ámbito crediticio y los capitales invertidos en terreno, para que puedan seguir trabajando tranquilamente, sin quedar a la deriva, cubriendo sus costos de pérdidas y así no terminar de brazos cruzados para la siguiente temporada”.

Fuente: INDAP

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