Jovenes Innovadores
Jovenes Innovadores
Comparte
Entre los nueve ganadores de esta sexta versión del certamen está el creador de una colmena para evitar la mortandad de las abejas en invierno, un agricultor de Rapa Nui que construye un centro de procesamiento de alimentos para que la isla se autoabastezca y un sistema que monitorea cada árbol empleado en un proyecto de reforestación.
Federico Salas es apicultor hace 14 años en Chimbarongo. ‘Uno de los problemas en esta labor es el cambio de temperatura de los núcleos en invierno, lo que no solo significa mayor mortandad de las abejas, sino que también baja en la productividad de miel’.

Tras identificar este problema, Salas innovó al modificar un cajón tradicional usado en la apicultura. Ese es el origen de Polycolmena, uno de las nueve innovaciones del concurso Jóvenes Innovadores 2021 realizado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y que ya va en su sexta versión.

‘La primera modificación es la aislación con poliestireno. A esto se suma el diseño y fabricación de piezas plásticas con impresión 3D que facilitan algunas tareas recurrentes del apicultor, sobre todo las que tienen que ver con la limpieza y saneamiento del núcleo’, cuenta Salas.

‘Este proyecto lo que busca es generar una apicultura que se adapte al cambio climático y que sea más tecnificada, en pos de una mayor productividad. De ahí que Polycolmena apunte a la eficiencia energética y a mejorar las labores productivas’, agrega.

Así como Polycolmena, otros ocho jóvenes a lo largo de Chile fueron ganadores de este concurso de FIA. En total, se adjudicaron $300 millones a proyectos que abordaron problemas que involucran o afecten a empresas, productores y consumidores vinculados al agro.

Las propuestas —lideradas por jóvenes entre 21 y 35 años— abordaron alguno de los tres desafíos estratégicos del sector: eficiencia hídrica y adaptación al cambio climático, desarrollo de mercados y procesos innovadores.

Entre los ganadores también se encuentran Javier Humire cuya propuesta busca darle valor al aceite esencial extraído del orégano y el lemongrass. ‘Actualmente, estos productos se venden como materia prima sin ningún valor agregado, involucrando directamente a los oreganeros de la comuna de Putre y a productores de lemongrass de la región de Arica y Parinacota’, dice Humire de su propuesta.

La idea es crear un producto microencapsulado, lo que permitirá comercializar el producto como aditivo para alimentos de alto valor funcional.

Otro de los ganadores es Eduardo Bravo, quien preocupado por la pérdida de manzanas en el sector rural de Pitrufquén, ideó usarlas en un producto innovador. ‘En la zona rural hay muchas personas mayores que están dejando sus quintas de manzanos sin utilizar y a esto se suma que las nuevas generaciones migran hacia la ciudad. Todo esto provoca que mucha manzana no se esté usando y se pierda’, dice Bravo en su proyecto.

Bravo fabrica una sidra, pero con una característica nueva: le incorpora lúpulo, la misma planta que le otorga el amargor a la cerveza.

José Luis Spiro, en tanto, propone una invención para prevenir las enfermedades de las patas en el ganado bovino, las que tienen una prevalencia de entre 20% a 36% en Chile. A través de un implemento para la pezuña de los rumiantes —creado mediante impresión 3D y al que se le adiciona micropartículas de cobre lo que le da propiedades antimicrobianas— el implemento ayudará en el tratamiento de enfermedades de origen infeccioso.

Mientras que Beeing, el proyecto de Andrés Vargas, es una certificación genética de abejas melíferas para clasificar poblaciones al utilizar marcadores moleculares, lo que permitiría conocer algo así como el ‘árbol genealógico’ de una abeja. Esto ayuda a que los apicultores tengan mayor diversidad genética, lo que a la postre mejora la calidad del producto, ya que la consaguinidad produce falta de vigor y disminución de la resistencia a enfermedades.

Los nueve ganadores (los otros en los recuadros) podrán potenciar su innovación e invertir en maquinaría y asesoría. ‘FIA y nuestro sector en general se renuevan con las iniciativas de los jóvenes innovadores. Además de que traen ideas frescas y disruptivas, son profesionales que vienen con miradas desde distintas disciplinas a aportar con soluciones a los desafíos de la agricultura. Estas son iniciativas que han sido recientemente adjudicadas y que hoy se encuentran en etapa de ajustes y negociación para comenzar su operación a comienzos de 2022’, indicó el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.

Paté nutritivo de kale

Nicolás Arriagada (27) tiene un emprendimiento de horticultura orgánica en Pucón. ‘Producimos acelga, mostaza, kale, caléndulas, lechugas y otras hortalizas en distintas variedades. Nuestro producto lo comercializamos como un mix de hojas gourmet que vendemos por bolsas de medio kilo a restaurantes de la zona. Esto nos permite tener ganancias, pero había un gran problema: los restaurantes solo requieren las hojas más pequeñas —del porte de la palma de la mano— por lo que el 40% y el 50% de nuestra producción era merma que usábamos para alimentar a los animales o el consumo propio’.

Esas hojas ahora son la base de un producto elaborado y con la consistencia de un paté, fruto de un proceso que incluye la deshidratación, sofreír los ingredientes y aplicar distintos condimentos.

Ya tiene una planta procesadora que funciona con energías renovables. ‘Creamos paté porque Chile es un país en que se consume mucho pan. Creemos que un paté con los aportes nutritivos del kale es un buen acompañamiento para las tostadas de la mañana’, dice Arriagada, quien cuenta que si bien el paté de kale es su producto estrella, también lo hace con acelgas, repollo y tomate.

Otro valor que Arriagada consigue con este producto es que con las hojas frescas cuenta con una semana para venderlas, en cambio en formato de paté el producto dura hasta tres años. Ya comienzan a experimentar con un ketchup endulzado con miel y que será libre de sellos.

Para monitorear la reforestación

‘Nuestro sistema está compuesto por una aplicación y una etiqueta que facilita el monitoreo de los planes de reforestación de especies nativas’, dice Salvador Luco (25), oriundo de Purranque, quien junto a otros socios creo Trófica, que desarrolla tecnologías para la restauración ecológica.

Con la aplicación se puede ir a terreno y escanear la etiqueta adosada a cada árbol. En la aplicación se abre una ventana para ingresar datos sobre ese árbol. ‘Antes todo ese proceso se hacía con lápiz y papel. Esto permite llevar un registro de muchos datos y a la postre permite saber, por ejemplo, que especies funcionan mejor en cada terreno, las plantas de qué viveros son las que tienen mayor tasa de sobrevivida o crecimiento, etc’, dice Luco.

La etiqueta contiene un código QR y a la vez la tecnología NFC (Near Field Communication), ‘en caso de que la lluvia o el sol destiña el QR’, agrega Luco. Ambas pueden ser leídas con un celular. Este proyecto es relevante para el país ya que se estima que Chile debería restaurar 600 mil hectáreas al 2035. ‘Los clientes de este sistema son quienes realizan estos proyectos de reforestación, ya que por reglamentación tienen que monitorearlos durante por lo menos tres años para conocer la tasa de sobrevivida de los árboles y ver si la reforestación fue exitosa o no’, aclara Luco, quien agrega que esperan comercializar su sistema en un modelo de suscripción.

Miel a base de hierbas medicinales

Juan Sandoval Marinao (25) está pronto a recibirse de ingeniero mecánico. Vive camino a Niágara, en una zona rural de Padre Las Casas, Región de la Araucanía. ‘Yo no sabía nada de apicultura, pero Octavio Mora, un especialista en la materia y apicultor por muchos años me enseñó a trabajar en la miel’, dice Sandoval.

Con lo aprendido, se propuso encontrar una nueva fuente de ingresos para su familia: la producción apícola. Pero quería hacerlo de una forma diferente.

‘Mi madre es machi y ella sabe mucho de plantas medicinales, así fue como se me ocurrió producir miel a partir de estas plantas, que también son plantas melíferas y atraen a las abejas’, dice Sandoval.

Así, sus abejas polinizan plantas de poleo, orégano, arrayán, temu y menta, todas plantas con propiedades medicinales relacionadas con el sistema digestivo.

Sandoval ya tuvo su primera producción de tan solo 300 kilos. ‘La gente que la probó quedó encantada. Los más ancianos decían que tiene el mismo sabor de la miel antigua’, aclara.

Con los fondos adjudicados, Sandoval no solo desarrollará su marca, sino que enviará su miel a la universidad para que identifiquen sus componentes, su aporte nutricional y los principios activos que tiene.

Una planta procesadora de alimentos para Isla de Pascua

‘Este proyecto lo veo como un desarrollo para mi isla, para que dejemos de importar cosas, podamos autoabastecernos y dejar de generar una gran huella de carbono con cosas que vienen de afuera. También les quiero mostrar a otros jóvenes como yo que podemos hacer cosas en la isla, producir en forma tecnificada y aportar a la economía circular’, dice con orgullo Luciano Amigues Hotu (24), joven agricultor pascuense que ganó el concurso con su proyecto para instalar una procesadora de alimentos en la isla, la que ya está comenzando a construir. Esta se llamará Taureva, uno de sus cuatro nombres y que corresponde ‘a un rey de Nueva Zelanda’, dice.

‘Soy productor de maracuyá y yo mismo vi la necesidad de procesar mi fruta porque mi productividad estaba creciendo. Todos sabemos la dependencia que tiene la isla de los productos que llegan del continente y encontré que no podía ser que no existiera una planta de procesamiento de alimentos’, dice Amigues, quien agrega que tras la pandemia esta dependencia se acrecentó aún más.

Comenzó procesando manualmente su fruta para congelar la pulpa y abastecer a los restaurantes locales, pero era muy difícil y trabajoso. ‘La planta estará abierta a todos los productores locales para que podamos conservar y procesar productos que sean 100% locales y que se puedan consumir durante todo el año’, agrega.

Recuadro

Según un informe de OCDE de 2021, ‘los sistemas alimentarios de todo el mundo afrontan el formidable ‘reto triple’ de proveer alimentos sanos y nutritivos a una población mundial en aumento, de proporcionar medios de subsistencia a lo largo de la cadena alimentaria y mejorar la sostenibilidad, al proteger recursos naturales como la tierra, el agua y la biodiversidad, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero’.

170 jóvenes han sido capacitados en las seis ediciones realizadas.

113 proyectos han recibido apoyo de FIA

$1.600 millones se ha invertido a la fecha.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un llamado de Naciones Unidas a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos al año 2030.

Últimas Noticias