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El cambio climático ha impactado de manera categórica en el mundo rural y, especialmente, a los agricultores. Ante este difícil escenario, Indap ha tomado un fuerte protagonismo a través de la entrega de recursos y la inversión en pequeñas obras que permitan mitigar estos efectos. De esto conversamos con el Director Nacional de Indap, Carlos Recondo.

El líder del Instituto de Desarrollo Agropecuario sostuvo que “el grado de afectación ha sido muy duro, hemos tenido que reaccionar enfrentando la contingencia, que ha sido muy dura especialmente en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule, con ayudas de emergencia para enfrentar lo duro que ha significado no tener disponibilidad de forraje para el ganado, no tener agua para ese ganado”.

Recondo explicó la cantidad de recursos y la manera en que se distribuyeron entre todas las regiones afectadas para poder ir en ayuda de la gran mayoría de agricultores, ya sean usuarios de Indap o no, y evitar que tuvieran pérdidas productivas. “El año 2020, el gobierno destinó más de 34 mil millones de pesos que hemos invertido en pequeñas obras de riego, para que los agricultores puedan tener garantizada el agua a través de pequeños embalses, canales, mejora en la redistribución y el desafío de la tecnificación del riego”, señaló.

Y agregó que “es una tarea por delante por mucho tiempo, porque este déficit hídrico va a ser algo permanente y tendremos un par de años de transición entre que seamos capaces de avanzar en la tecnificación y ser eficientes. La desalinización se va a instalar para abastecer de agua a las grandes ciudades, como ya ocurre en el norte, las grande zonas urbanas de la costa, del litoral, van a poder acceder a la desalinización para abastecer el consumo humano, y eso permite liberar muchas aguas de las aguas superficiales para poder destinarla a la producción de alimentos. Esos son los caminos que estamos siguiendo”.

Desafíos del próximo gobierno

Para Recondo, la consciencia por la adaptación de la agricultura ya está instalada entre los agricultores. El director de Indap dijo que ellos saben que “este proceso de adaptación es una necesidad urgente, y hoy todos los técnicos especialistas nos señalan que es posible seguir haciendo agricultura en muchos de los sectores donde hoy hay deficit hídrico”.

Y este será un de los principales desafíos hacia el futuro, y según Rencoret, especialmente para el próximo gobierno. “Cualquiera sea el presidente de Chile va a tener que enfrentar esta realidad. Esto va a tener que seguir siendo una prioridad de seguir apoyando al mundo rural, porque es clave en el abastecimiento de alimentos para Chile y para el mundo, y ver esto como política permanente de Estado”, indicó.

Además, añadió que “por de pronto, para el 2022, está la Ley de Presupuesto aprobada en lo que concierne a Indap, y ahí está destinado el doble del presupuesto que tuvimos en 2022 para pequeñas obras de riego y apoyar a la agricultura en materia de agua. Pasamos de 31 mil millones a cerca de 50 mil millones para el próximo año”.

El impacto de la violencia en la agricultura de la Macrozona Sur

El director de Indap también se refirió a la alta afectación que han tenido agricultores de la zona de La Araucanía debido a la violencia rural. Recondo explica que “en la provincia de Arauco, el programa PDTI tiene a más de 1.800 agricultores afectados por esta situación, en que tienen muchas dificultades y en algunos casos, sencillamente, no podemos llegar ni entregarles servicio de asistencia técnica. En la región de La Araucanía tenemos cerca de 2.500 agricultores que tienen esta misma dificultad. Nuestro llamado es a que la violencia es el principal impedimento para que la gente pueda resolver sus problemas”.

Carlos Recondo siguió poniendo énfasis en el esfuerzo de la institución en poder llegar a esos agricultores afectados. “Se ha hecho un esfuerzo enorme, pero tampoco podemos asumir riesgos demasiado grandes para nuestros funcionarios y técnicos, y hemos tenido que flexibilizar mucho la forma en que llegamos”.

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