Comparte
Áreas que nunca habían sido afectadas por estos eventos, como el Ártico, también sufrirán consecuencias. En Chile las zonas siniestradas irían creciendo en extensión.
El oeste de Estados Unidos, el este de Australia, el norte de Siberia y el centro de India son parte de los lugares donde los incendios forestales han aumentado de forma importante en los últimos años.

En las próximas décadas es probable que este problema se extienda aún más: zonas que antes se consideraban seguras de los grandes fuegos —entre ellas, el Ártico— dejarán de ser inmunes. Los bosques tropicales de Indonesia y el sur de la Amazonia corren especial peligro.

Estas son algunas de las conclusiones que revela un informe dado a conocer ayer por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el centro de estudios GRID-Arendal. El documento, que firman 52 autores, representando 39 organizaciones alrededor de 17 países, advierte que el calentamiento del planeta —que supone sequías cada vez más intensas y prolongadas—, junto con los cambios en el uso de la tierra (entre ellos prácticas de deforestación que dejan residuos que arden fácilmente), implica que los incendios se van a agravar alrededor de todo el mundo.

Y aunque se habla de incendios incontrolables y devastadores, los autores explicitan que estos difieren según su ubicación.

‘Si imaginas un incendio de turba en el Ártico, es probable que se extienda a centímetros por hora. No será necesariamente un infierno furioso, pero es inusual y se ampliará por áreas inmensas porque no hay nadie allí para hacer algo al respecto’, explica Andrew Sullivan, parte de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth, en Australia, y uno de los autores del texto. ‘Un incendio como este es uno extremo, pero no es lo que imaginarías como tal si vivieras en California’, dice.

En el documento, los investigadores indican que ‘incluso si se cumplen los esfuerzos más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el planeta sufrirá un aumento dramático de la frecuencia de las condiciones que favorecen incendios extremos’.

De forma concreta, el informe plantea un aumento global de incendios extremos de hasta 14% para 2030, 30% para fines de 2050 y 50% para fines de siglo.

A nivel local

Los especialistas resaltan que los gobiernos están poco preparados para enfrentar este tipo de catástrofes, dando cuenta de que se dedica mucho tiempo y dinero a combatir el fuego, pero no lo suficiente en prevenirlo.

El llamado es a limpiar regularmente la vegetación que crece más cerca del suelo en los bosques, conversar con líderes indígenas que pueden estar familiarizados con las zonas en peligro, así como dar apoyo a los equipos de emergencia: entre ellos, los bomberos son una pieza clave.

‘Prevención es hacer campañas nacionales, regionales y comunales para concientizar a la población local sobre lo importante que es, por ejemplo, mantener sus bosques libres de peligro, libre de vegetación combustible cerca de las casas, tener una gestión responsable de los residuos vegetales y la basura. Y por sobre todo, la educación ambiental a los más jóvenes’, explica Miguel Castillo, director del Departamento de Gestión Forestal y Medio Ambiente, de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile. El especialista es, además, el único chileno que aparece como coautor del informe del PNUMA.

Respecto de la situación específica del país, Castillo lamenta que en los últimos siete u ocho años ‘ha aumentado significativamente el tema de la intencionalidad’ de los incendios.

Sobre el panorama futuro, comenta: ‘Esto es como la bolsa de valores. Tiene fuertes subidas, tiene caídas y luego vuelve a subir. Pero si se hace una proyección general, tiende al alza. No significa que necesariamente crezca el número de incendios, porque en Chile este no ha cambiado sustantivamente en los últimos 15 o 20 años; ha habido un aumento de 6% o 7%. Pero lo que ha aumentado fuertemente es la superficie afectada’, advierte. Esto podría seguir ocurriendo.

A nivel mundial, desde 2002 a 2016, unas 423 millones de hectáreas se quemaron cada año. El número es equivalente a la superficie de la Unión Europea.

Recuadro

– Inhalación de humo

Más allá del peligro que suponen para la biodiversidad, el Programa Medioambiental de Naciones Unidas también pide tener en cuenta el riesgo que los incendios extremos implican para la salud humana, específicamente por culpa de la inhalación de humo, un fenómeno que puede afectar a millones de personas debido a nubes que viajan kilómetros y cruzan fronteras.

Este humo no solo puede generar problemas respiratorios, sino también cardiovasculares, advierten los especialistas.

Los peligros que acarrea y el cómo reforzar los compromisos mundiales en contra del cambio climático serán parte de los temas que se van a discutir en la quinta sesión de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente, evento que se realizará del 28 de febrero al 2 de marzo en Nairobi, Kenia.

Fuente: El Mercurio

Últimas Noticias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *