Este 22 de marzo se conmemora un nuevo Día Mundial del Agua y nuestro país vive un momento crucial respecto a este recurso.
Por un lado, nos enfrentamos a la sequía y escasez hídrica, fenómeno que impacta directamente a las personas y a las industrias e implica replantear procesos productivos, realizar inversiones cuantiosas, desarrollar investigación e implementar tecnologías.
En otro aspecto, el marco regulatorio del agua, está siendo modificado por la Reforma al Código de Aguas y replanteado por los convencionales constituyentes, todo lo cual suma incertidumbre.
En este contexto, el llamado es a generar incentivos públicos y privados para no estancar el avance de soluciones a los problemas hídricos urgentes.
Dichos incentivos parten por crear conciencia ciudadana para el cuidado del recurso, de manera tal que quienes establecerán el marco normativo del agua comprendan a cabalidad la realidad de la misma en Chile.
Luego, focalizar la inversión de capitales a través de un esquema de colaboración público-privado en industrias y lugares donde más lo requieran.
Por último, es importante movilizar a los líderes de opinión y a quienes toman decisiones que impactan en la disponibilidad del agua, para construir sobre lo ya avanzado y contrarrestar conceptos fracasados que no potencian la institucionalidad vigente.
José Ignacio Benavente, Abogado estudio Arteaga Gorziglia