Daniel Fuenzalida está en uno de los mejores momentos de su carrera, con presencia en programas como “Ahora Caigo” y “El Medio Día”.
Pero más allá de la televisión, también atraviesa una etapa especial en su vida personal: acaba de confirmar su relación con Valentina Cavassa, una ingeniera 17 años menor, con quien mantiene una conexión que renació este 2025.
La historia comenzó hace un tiempo, cuando se conocieron gracias a una amiga en común, Rosario Bravo. Tuvieron una breve relación en 2024, pero no funcionó.
Sin embargo, el destino les dio una nueva oportunidad, y este año decidieron retomar el vínculo de forma más decidida.
Una segunda oportunidad para el amor
Según explicó el animador, en conversación con LUN, este nuevo romance lo ha hecho reencontrarse con una faceta emocional que extrañaba.
Aunque su carrera ha ido en ascenso, sentía que le faltaba compartir su vida con alguien especial. Esa búsqueda lo llevó a abrirse nuevamente al amor y, tras retomar el contacto con Valentina, ambos coincidieron en que esta vez debían intentarlo sin dudas ni demoras.
La relación se fortaleció con encuentros simples: salidas a comer, conversaciones sinceras y tiempo de calidad. “Fue un par de salidas a comer y después nos conocimos, nos caímos bien”, declaró el animador.
Para Fuenzalida, estos momentos fueron clave para construir un vínculo más profundo, basado en la confianza y la complicidad que surgió con naturalidad.
Entre la televisión y el amor
Pese a la intensa agenda que maneja en televisión, Daniel ha encontrado la forma de equilibrar su trabajo con su vida personal. Prioriza los fines de semana y pequeños espacios durante la semana para compartir con su pareja y también con su hija, asegurando que ambos aspectos son fundamentales para él.
El ex Huevo reconoció que no le acomoda la soledad y que valora tener a alguien con quien compartir lo cotidiano. Su relación con Valentina representa justamente eso: un espacio donde sentirse acompañado, querido y comprendido, en medio del agitado ritmo de la pantalla chica.
