El papa apartó de su círculo de consejeros más próximos al cardenal George Pell, perseguido en Australia por agresiones sexuales a menores, y al chileno Francisco Javier Errázuriz, sospechoso de haber ocultado los actos de un cura pederasta en Chile, anunció este miércoles el Vaticano.
Los dos altos responsables eclesiásticos forman parte de un consejo de nueve cardenales de todos los continentes, llamado C9, que asesora al papa Francisco en la reforma de la administración de la Santa Sede.
En octubre el papa escribió a los cardenales que abandonarán la instancia para darles las gracias por “el trabajo conseguido durante cinco años”, indicó este miércoles el director de la sala de prensa de Vaticano, Greg Burke.
De momento no está previsto nombrar a nuevos miembros, añadió.
El papa había apartado temporalmente a Pell durante un periodo de 18 meses para que pueda defenderse ante la justicia australiana. Hasta ahora no ha vuelta Roma.
Pell, de 77 años, sigue oficialmente a la cabeza del secretariado de Economía creado por el papa Francisco para poner orden a las finanzas de la Santa Sede. El mandato de cinco años termina en principio a finales de febrero.
Para respetar la presunción de inocencia, el papa no quiso hasta ahora, como le pedían algunos consejeros, nombrar a un nuevo responsable de finanzas, aunque según dijo esta semana un alto responsable de la curia (el gobierno del Vaticano) los gastos de la Santa Sede están aumentado de manera “inaceptable”.
El cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz también perdió su lugar en el seno del C9. En Chile está acusado por víctimas de abusos sexuales de haber cubierto los actos de un cura pederasta, un caso que escandaliza al país.
Algunos observadores apuntan que Errázuriz aconsejó mal a Francisco, incitándole a defender a un cardenal chileno, implicado en el escándalo de los abusos sexuales de la Iglesia en Chile, una defensa que complicó mucho el viaje del papa a Chile en enero de 2018.
Tras una reunión con el Vaticano con el Francisco, el cardenal Errázuriz anunció él mismo en noviembre que se retiraba del C9.
“No es un renuncia. Me despedí al término del período para el cual fui nombrado”, dijo el prelado en una entrevista a un periódico chileno. El arzobispo emérito de Santiago tiene 85 años.
Otro cardenal, el congoleño Laurent Monsengwo, también abandonará el consejo. Se trata de una figura de la Iglesia Católica africana, que tuvo un papel político importante en la República Democrática del Congo, donde acaba de ceder su puesto de arzobispo de Kinshasa a los 79 años.
Este consejo de cardenales, que empezó teniendo ocho miembros, fue creado en marzo de 2013, exactamente un mes después de la elección del papa Francisco para reformar con sus sugerencias la administración central de la Iglesia, criticada por su opacidad y sus escándalos.
La mayoría de los mandatos en las instituciones del Vaticano son de cinco años pero no hay precisiones sobre el funcionamiento del C9.
AGENCIA AFP