Bullit Marquez / AP
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El volcán Taal escupía este lunes lava y una gigantesca columna de cenizas y humo al sur de la capital de Filipinas, donde cientos de vuelos internacionales fueron cancelados por miedo a una inminente erupción “explosiva”.

Una fina capa blanca cubría las casas y calles de los alrededores del volcán, situado a 65 km de Manila, que se despertó el domingo acompañado de terremotos. Al menos 10.000 personas se han refugiado en centros de evacuación.

No podíamos dormir porque la casa temblaba en cuanto cerrábamos los ojos“, contó a la AFP Lia Monteverde. “Ninguno de nosotros hemos dormido. Nos hemos preparado para irnos”.

El volcán, que se encuentra en medio de un lago de cráter en un área muy turística, es uno de los más activos del archipiélago, que es una zona de intensa actividad sísmica debido a su posición en el Cinturón de Fuego del Pacífico.

Los colegios de la región del volcán, las oficinas gubernamentales y la Bolsa filipina permanecían cerrados este lunes por precaución.

Las máscaras anticontaminación se agotaron en las tiendas después de que las autoridades advirtieran que la ceniza podía causar problemas respiratorios, sobretodo en los niños y en las personas con enfermedades pulmonares.

Una parte de los vuelos se reanudaron a media jornada del lunes en el principal aeropuerto internacional de Manila, casi 24 horas después de permanecer cerrado por el peligro que entrañan las cenizas en el aire para los aviones.

Todavía había, sin embargo, retrasos en el aeropuerto internacional Ninoy Aquino, donde se habían cancelado unos 240 vuelos. Decenas de miles de pasajeros se vieron perjudicados.

Estoy decepcionado porque este aplazamiento implica gastos extras y esperar es agotador“, declaró Joan Diocaras, un filipino de 28 años que trabaja en Taiwán. “Pero no se puede hacer nada”.

Agence France-Presse

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