Esta mañana miles de personas han acudido a la Plaza de San Pedro para el funeral del papa emérito Benedicto XVI, acercándose para entregar sus respetos y el último adiós al teólogo alemán.
La instancia, presidida por el papa Francisco, reunió a cerca de 195.000 personas durante tres días, las que desfilaron ante los restos de Joseph Ratzinger, cuyo cuerpo yacía en un catafalco cubierto por una tela dorada, frente al altar mayor de la basílica de San Pedro.
Entre jefes de Estado, miembros de la realeza y clérigos de todo el mundo acudieron en masa el Vaticano, esto pese a los esfuerzos de la Santa Sede y de los propios pedidos del papa emérito para una despedida “sencilla”.
El pontificado de Benedcito XVI duró siete años, diez meses y nueve días, iniciando el 19 de abril de 2005 y culminando el 28 de febrero de 2013, cuando, para sorpresa de todo el mundo, anunció su renuncia al Ministerio Petrino.
La misa durará cerca de dos horas y contará con oraciones en todos los idiomas y reunirá a más de 4.000 religiosos, entre cardenales, obispos, sacerdotes y monjas.
Su cuerpo será enterrado en una ceremonia privada en la cripta de la basílica, la cual fue la tumba de Juan Pablo II hasta el 2011.
Se espera que cerca de las 08:00 horas el féretro de ciprés de Benedicto XVI sea colocado dentro de otro de zinc y posteriormente dentro de otro ataúd exterior de roble, donde será finalmente enterrado.