Ucrania
Europa Press.
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La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha publicado este viernes un informe en el que denuncia casos de tortura y malos tratos investigados durante seis meses en centros penitenciarios por parte de Ucrania y Rusia.

“El personal penitenciario sometió a los prisioneros de guerra a los llamados ‘golpes de bienvenida’ a su llegada: los golpeaba y los electrocutaba regularmente durante las inspecciones en las celdas o mientras los paseaba por las instalaciones”, ha explicado la jefa de la Misión de Vigilancia de DDHH de la ONU en Ucrania, Matilda Bogner.

Bogner ha explicado que los que fueron prisioneros de guerra ucranianos trasladaron a los investigadores el temor que sentían cada vez que salían de la celda para ducharse, puesto que esos viajes “terminaban en palizas y humillaciones, a menudo con tintes sexuales”.

Más del 84 por ciento de los prisioneros de guerra ucranianos, según los casos investigados, sufrieron torturas y malos tratos. “Documentamos que cinco prisioneros de guerra murieron a causa de las lesiones sufridas durante la tortura en el internamiento”, ha indicado en un comunicado.

“Sin embargo, la mayoría de los prisioneros de guerra ucranianos capturados durante la batalla fueron torturados o maltratados antes del internamiento. Miembros del Ejército ruso y del Servicio de Seguridad Ruso los torturaron y maltrataron para obtener información militar, para intimidarlos o humillarlos, en forma de represalia”, ha sentenciado.

De los 203 prisioneros de guerra ucranianos entrevistados por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos el 67 por ciento cayó en manos de las fuerzas rusas después de que los comandantes negociaran su rendición, lo que contribuyó a una mayor protección.

Por otro lado, casi la mitad de los 229 prisioneros de guerra rusos entrevistados alegaron haber sufrido torturas o malos tratos por parte del Ejército ucraniano o el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), así como por el personal penitenciario, en menor medida.

“Los prisioneros de guerra (rusos) fueron golpeados, disparados en las piernas, apuñalados en las extremidades, electrocutados, sometidos a simulacros de ejecución, amenazas de violencia sexual o muerte”, ha indicado, agregando que las instalaciones en las que se registraron estos casos estaban en Dnipro, Vinnitsia y Járkov.

Bogner también ha acogido “con beneplácito” el establecimiento de un campo de prisioneros en Leópolis que no tiene un régimen de internamiento “cerrado”, ya que muchas de las cárceles en Ucrania no tienen este estatus.

“Esperamos que las autoridades (ucranianas) aborden las denuncias de trato humillante y degradante que recibimos durante nuestra visita al campo en diciembre de 2022. La Federación Rusa no ha establecido ningún campamento y los prisioneros de guerra se mantienen regularmente en confinamiento cerrado”, ha detallado.

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