Christian Iglesias/Aton Chile.
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El Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago dictó orden de detención en contra del gendarme que estaba a cargo del módulo del penal de Santiago 1, donde ocurrieron las torturas que sufrieron dos de los cuatro ecuatorianos presos por el homicidio del barrio República.

Se trata del sargento segundo Héctor Palma, quien se encontraba de turno en el módulo 11, custodiando a 50 reos, cuando los ecuatorianos Jonathan Chávez Quinchiguango (21), Cristián Romero Morales (20) fueron vejados y torturados por cuatro peligrosos reos.

En la audiencia de formalización de estos sujetos, la fiscal Centro Norte Marcela Adasme afirmó que el gendarme no dio aviso oportuno para impedir la tortura, por lo cual se le imputó el mismo delito y se solicitó su detención, la que quedó a cargo de la PDI.

La fiscal también investiga por qué las cámaras de seguridad del módulo 11 no estaban dirigidas hacia ese punto. Según los gendarmes, las enfocaron en un sector donde se realizaban visitas, por lo cual el único registro de los hechos es el video realizado por el colombiano Jarvi Torres Perafán (31), líder del grupo de torturadores.

Junto a este sujeto, ayer fueron formalizados el dominicano Miguel Ángel del Rosario (19) y los chilenos Miguel Toro Carrasco (31) y Sergio Blanch Gutiérrez. Los cuatro tienen antecedentes por homicidio, tráfico de drogas y asaltos, y cumplen prisión preventiva en el penal de Santiago 1.

Los cuatro fueron formalizados por el delito de torturas, tipificado en la ley 20.968 de 2016 y el tribunal decretó la prisión preventiva anticipada. Es decir, no podrán salir de Santiago 1 si obtienen la libertad en las otras causas que se les siguen. Además, el plazo de investigación se fijó en 70 días.

En la audiencia, la fiscal Adasme expuso el relato del ecuatoriano Romero, quien señaló que tras ingresar a Santiago 1, junto a Chávez quedó en un patio, donde los abordo un sujeto de tez morena y pelo amarillo (el dominicano Del Rosario), y luego aparecieron otros dos reos (los chilenos) que los amenazaron, que los apuñalarían y no saldrían vivos.

Posteriormente, según el relato de Romero, llegó otro sujeto que dijo ser peluquero y los raparon a la fuerza. Acto seguido los llevaron a las duchas, donde los bañaron con agua fría, los golpearon con palos y fierros, y nuevamente los llevaron a las duchas para lavarles la sangre. Después les aplicaron las descargas eléctricas, mientras todo era grabado por el colombiano Torres Perafán, apodado “El jefe”. Al parecer, él daba las órdenes.

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