cedida
Comparte

La baja percepción de riesgo de la marihuana está arraigada entre la población, en comparación al alcohol o al tabaco. Sin embargo, su consumo genera riesgos evidentes en el mundo del trabajo, como la accidentabilidad. “¿En qué condiciones trabajará una persona que se esté tratando con marihuana?”, es la pregunta que se formula Patricio Labatut, gerente general de Global Partners.

El estudio publicado por Fundación Epistemonikos, que asegura que el uso medicinal de cannabis no produce mejorías en enfermos y que incluso provoca daño a la salud, reabrió el debate sobre el consumo de marihuana, un tema que se instala también en otros ámbitos, como el mercado laboral.

Según la doctora Verónica Gaete, integrante de la Sociedad Chilena de Pediatría, esta publicación de Epistemonikos, que sintetizó más de mil investigaciones científicas, “es la mayor revisión que se ha hecho en uso terapéutico de la cannabis y sus productos derivados a nivel mundial” y corrobora lo que han señalado otros estudios: “Que hasta ahora la marihuana como planta no ha demostrado utilidad en el tratamiento de ninguna enfermedad y que hay algunos medicamentos derivados de la planta, llamados medicamentos cannabinoides, donde hay una evidencia de efectividad, pero muy modesta, sólo en algunas pocas enfermedades y además con efectos colaterales”, explica.

A juicio de la pediatra, el estudio respaldado por el Colegio Médico, la Asociación Chilena de Estudios del Dolor y Cuidados Paliativos, la Sociedad Chilena de Pediatría y más de una docena de instituciones de la sociedad científica “nuevamente contrarresta toda la publicidad engañosa que se ha hecho sobre el tema por parte de los promotores de la ‘cannabis medicinal’, que además es un pésimo término, porque en el fondo ellos plantean que la planta de marihuana es un medicamento y no es así”.

El tema está en el tapete además por la discusión y aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que modifica el Código Sanitario para incorporar y regular el uso medicinal de productos derivados de cannabis.

Sin embargo, para la especialista, la revisión de Epistemonikos “le quita absolutamente base a lo que se está discutiendo en el Congreso. Se trata de un proyecto que no tiene ninguna racionalidad, es populista, pues pretende establecer que sólo con una receta médica los pacientes puedan plantar marihuana en su casa y hacer sus propios ‘medicamentos’, lo que no tiene ningún asidero científico y además puede ser muy peligroso para las personas”.

PERCEPCIÓN DE BAJO RIESGO

El debate parlamentario se ha hecho eco de la idea instalada en la opinión pública sobre el bajo riesgo de la marihuana. Esto ha quedado en evidencia en estudios como el de Altura Management, que sondeó la opinión de jóvenes secundarios de la Región Metropolitana. En la investigación, sólo el 24% de los encuestados declara que su consumo de marihuana puede ser grave o algo grave para la salud, una cifra que contrasta fuertemente con la percepción de riesgo existente sobre sustancias como el alcohol, que llega al 70%, o el tabaco que se eleva al 84%. Asimismo, un 95% de los encuestados le reconoció ventajas al consumo de marihuana: un 69% dice que tiene cualidades para relajar y desestresar; y un 25% señala que es medicinal y calma dolores.

Sin embargo, la doctora Gaete desestima esta imagen inofensiva y advierte que “la marihuana es una planta que tiene más de 500 componentes, sólo unos pocos son conocidos, y dentro de ellos el THC es una droga sicoactiva que puede producir muchos problemas como dificultades de aprendizaje, bajo rendimiento y deserción escolar, además de adicción o desencadenar brotes de sicosis, accidentes, entre otros”.

MERCADO LABORAL

Justamente la accidentabilidad es uno de los principales riesgos asociados al consumo de marihuana en el mundo del trabajo. A juicio de Patricio Labatut, gerente general de Global Partners, “es preocupante que nadie repare en lo siguiente: ¿en qué condiciones trabajará una persona que se esté tratando con marihuana?, ¿podrá manejar un autobús con pasajeros, una grúa horquilla o un camión minero?, ¿o al hacerlo se pondrá en peligro y arriesgará, además, las vidas de otros?”.

Esta empresa, orientada a mantener lugares de trabajo, seguros y saludables, controlando y disminuyendo los riesgos de accidentes causados por los empleados que consumen o abusan del alcohol y/o drogas, realiza anualmente el Estudio ¿Su Empresa da Positivo? “Resultado de Testeo de Alcohol y Drogas en Trabajadores Chilenos”.

En su quinta versión de 2017, el estudio reveló un aumento en el consumo de drogas entre los trabajadores, pasando del 10% al 14,9% entre los evaluados de 2014 a 2016. Asimismo, las cifras indicaron que la droga más detectada en los trabajadores, sobre el 50%, es la marihuana.

“El consumo de drogas y abuso del alcohol no sólo tienen un efecto negativo sobre la salud y el bienestar de los trabajadores, sino que además pueden ocasionar problemas laborales, tanto en el desempeño, accidentabilidad, rotación, ausentismo y clima laboral entre otros”, enfatiza Labatut.

Desde el año 2000, Global Partners ha estado trabajando en este sentido, a través de la implementación en distintas empresas del Programa Drug Free Workplace (DFWP). De hecho, en las organizaciones que desarrollan el programa, el consumo de alcohol y drogas es 10 veces menor (tasa de positivos baja del 14,9% a 1,2%) en comparación a las empresas que no realizan ninguna acción preventiva o de inhibición, mejorando su productividad en un 19% y bajando la rotación de personal en un 16% y el ausentismo hasta en un 50%, en especial de los días lunes.

Últimas Noticias