Christian Iglesias/Aton Chile
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Este martes y miércoles se realizarán las elecciones para renovar la directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC). Una de las particularidades del proceso, en que se juegan las cartas cuatro listas, es que compiten las Juventudes Comunistas (JJCC) en la lista “Surgencia”, que también integran el Frente Amplio (FA) –Izquierda Autónoma y Socialismo y Libertad- e independientes.

Camilo Sánchez, presidente de las Juventudes Comunistas, admite, en entrevista con La Nación, que esta alianza es inédita.

“Carlos Inzunza, presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), militante comunista –recuerda- fue vicepresidente de la FEUC en 1998 y fue electo en una lista de izquierda. Participar en esta elección es precisamente uno de nuestros desafíos. Se trata de una lista abiertamente competitiva, que está en condiciones de triunfar, pasar a segunda vuelta y conducir a la Federación. En este sentido, es un elemento bastante novedoso”, pone de relieve.

Y remarca que “la Consejería Superior es una responsabilidad transversal dentro de la universidad, es parte del poder estudiantil y también un actor relevante tanto en el diálogo con las autoridades, como en la relación con el mismo estudiantado. Creemos que detrás de esto hay un proyecto común, con organizaciones del Frente Amplio y sobre todo con estudiantes independientes que han visto la necesidad, al igual que nosotros, de poder conformar una unidad amplia que permita empujar el movimiento estudiantil, revitalizarlo. Y esa apuesta, que es nacional, tiene expresiones en la UC”.

“Agenda prepotente del Gobierno”

– ¿Se podrían concretar más pactos de esta naturaleza en otras universidades?

-Lo que ponemos en el centro es un acuerdo político –programático con todas las organizaciones de oposición a este gobierno para que dentro del movimiento estudiantil podamos empujar a hacerlo protagonista y convocante de una mayoría nacional en la ampliación de la democracia en nuestro país. Este es el objetivo de la JJCC en este momento. Si eso se traduce luego en acuerdos electorales muy bien bienvenido sea, porque habla también de la madurez que se puede alcanzar en torno a desafíos comunes. En todo caso, no es el propósito final el acuerdo electoral. El objetivo es que las organizaciones que somos oposición y tenemos elementos comunes, ante una agenda prepotente del gobierno contra la juventud, podamos unir esfuerzos para que, más allá de quienes conduzcan las federaciones de estudiantes, trabajemos de manera común para transformar a este movimiento en protagonista.

– ¿El movimiento estudiantil ha perdido fuerza si se le compara con la trascendencia que tuvo en 2011?

-Lamentablemente, por deficiencias de las organizaciones de izquierda, no hemos tenido un trabajo mancomunado y no hemos sumado nuestros esfuerzos para favorecerlo. Un ejemplo fue la reforma educacional. Durante todo el periodo que este proyecto estuvo en el Parlamento (…) el movimiento estudiantil no logró incidir en el debate siendo que fue este mismo movimiento el que convocó al país en el tema de la gratuidad en la educación.

“En este momento –agrega- cuando tenemos un gobierno que tiene una agenda con mucha prepotencia para reducir los derechos de la juventud chilena y criminalizarla, la respuesta no puede ser disonante entre las organizaciones que tenemos además objetivos comunes. Hemos aprendido que la movilización así como se expresa, sus resultados se deben potenciar en los años que vienen. Y eso significa consolidar cambios, lo que creo se logró hacer medianamente en los años anteriores”.

– ¿Qué te parece el proyecto Aula Segura?

-No les aporta nada a las comunidades educativas, porque tanto los manuales de convivencia como los elementos que reglamenta la Superintendencia de Educación, manejan tanto la expulsión como la suspensión académica como medidas disciplinarias. Lo que ocurre ahora (con la iniciativa) es que es un acto populista del Gobierno que, sin incorporar nuevos elementos sino que buscando reducir los tiempos en que se puede expulsar a un estudiante, pasa a llevar lo que son derechos fundamentales de cualquier sociedad que se reglamenta de manera democrática.

“Pienso que al Gobierno le va a salir ‘el tiro por la culata’ –advierte- porque así como muchos directores se han quejado de que ante expulsiones la Superintendencia luego revierte las sanciones, a causa de que el debido proceso no se respeta, en tiempos más estrechos, en estos cinco días que el Gobierno está estableciendo como margen, será aún más difícil que las comunidades escolares implementen un debido proceso como corresponde (…) este es un acto populista que no va a aportar y que está vulnerando elementos fundamentales en los derechos de la juventud y particularmente de las comunidades escolares”.

“No sólo somos oposición”

– En el escenario político actual, ¿cómo percibes el rol que juega el Partido Comunista? ¿Ha sido marginado por la ex Nueva Mayoría?

-Estamos en un proceso de debate bastante intenso tanto al interior de nuestros partidos como en su relación con otras colectividades. Algunos han perdido la brújula sobre qué es necesario construir en este momento. No solo somos oposición, sino que debemos proyectar una alternativa tanto para este Gobierno como para que la ciudadanía también tenga un proyecto que construir junto a las fuerzas democráticas. En ese aspecto, miramos con cierta preocupación que algunas personas pretendan poner los márgenes más que poner en el centro la unidad programática y política, que creo que es posible de generar desde la DC hasta el PC, pasando por el Frente Amplio y otras organizaciones políticas que no han participado de los conglomerados.

“Sin ir más lejos –detalla- desde la JJCC hemos llegado a entendimientos, desde este margen amplio que he señalado, como es el caso del apoyo al paro nacional que está organizando la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para el 8 de noviembre próximo. El PC, la DC, las organizaciones de la ex Nueva Mayoría y el FA firmamos un documento conjunto para ponernos en común, en relación al éxito de esta movilización, pero también para las demandas que la juventud hoy debe impulsar. En relación al Aula Segura –agrega- 11 organizaciones políticas de la juventud chilena firmamos una declaración y una carta a la ministra de Educación, que todavía no tiene respuesta. Hacíamos ver las dificultades que tiene este proyecto de ley”.

Camilo Sánchez pone de relieve que el 5 de octubre, en el marco de la conmemoración del triunfo del “No”, terminó “siendo un acto unitario donde participamos todos. Los hechos van superando algunas dirigencias que tienen intereses más estrechos que los que se necesitan hoy día”.

– ¿Qué piensas acerca de lo ocurrido en la Escuela Militar a propósito del homenaje a Krassnoff Martchenko que provocó el llamado a retiro de su hijo homónimo y del director del recinto?

-Fue una señal muy necesaria que respaldo. Hay una doctrina de las Fuerzas Armadas que no ha sido modificada desde la dictadura. Que estos hechos ocurran con tanta normalidad dentro de la institución y que tenga que ser la ciudadanía la que exija un cambio (…) es una señal de disonancia entre la realidad democrática de un país que ha avanzado y unas Fuerzas Armadas que todavía dejan mucho que desear respecto a su doctrina.

“Da la impresión de que todavía permanece la doctrina de la seguridad nacional y no la visión de un Ejército involucrándose con la democracia, en beneficio del pueblo chileno y también con vinculación respecto a la paz, el respeto y la defensa de los derechos humanos sobre cualquier cosa (…) como país nos debemos un debate profundo para que nunca más en Chile, este destacamento de personas pueda estar en disposición de apuntar sus rifles contra su propio pueblo y que tengan el objetivo democrático de poder beneficiar al país, a propósito de que gran parte de los recursos de este pueblo están reflejados en su presupuesto”, completa.

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