SANTIAGO MORALES/AGENCIAUNO
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Las cinco querellas interpuestas por Remberto Valdés Abogados, tras los episodios de contaminación en las comunas de Quintero y Puchuncaví, fueron declaradas admisibles por el tribunal y están siendo tramitadas.

En total son 693 personas que han sufrido los efectos de las emisiones tóxicas, y se acogieron a estas demandas.

En las querellas se pide, entre otras diligencias, citar a declarar en calidad de testigos a ejecutivos de las empresas que forman el llamado cordón industrial de Quintero y Puchuncaví. Igualmente se solicita a los organismos públicos los antecedentes que justifican las medidas decretadas por el gobierno que limitan el funcionamiento de las industrias en la zona.

Valdés dijo que las acciones buscan sancionar penalmente a los responsables de los delitos en contra del ambiente que causaron severos daños en la salud de sus representados, así como efectos nefastos en el patrimonio de éstos.

“Una vez que el ministerio público formalice a los eventuales responsables, vamos a interponer las acciones indemnizatorias que correspondan, ante tribunales civiles”, aseguró.

En este sentido el abogado calificó como una fuerte señal la decisión del Fiscal Nacional Jorge Abbott de poner al frente de la investigación a la Fiscal Regional del Biobío Marcela Cartagena, de quien dijo, goza de una amplia experiencia investigativa. Aseguró estar confiado que, junto a la fiscal experta en la investigación de delitos ambientales, Ana María Aldana y al fiscal de Quintero, Mauricio Dûnner; logre las pruebas suficientes para decretar lo antes posible las primeras formalizaciones.

“Esta señal muy positiva que da el Ministerio Público debe tener resultados para identificar a los responsables de los delitos por los cuales nos hemos querellado y prontas formalizaciones, para que además podamos interponer las acciones indemnizatorias en favor de todos nuestros representados, a la
brevedad posible”, aseveró Valdés.

Igualmente, no desestimó sumar a nuevas personas al numeroso grupo de querellantes, en tanto sea posible cautelar el interés individual, porque “cada uno de ellos es un mundo en si mismo, con daños distintos y necesidades de reparación particulares”.

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