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Tras la reciente explosión del volcán Villarrica el viernes 7 de agosto y las repetidas inundaciones en el sur del país y en la región Metropolitana, vuelve a resurgir la pregunta si estamos o no preparados para afrontar de buena manera las posibles catástrofes que puedan registrarse en la población de la Araucanía y el por qué siempre el agua se aniega en los mismos sectores por décadas.

Ante estas interrogantes existe una voz crítica y de alerta en la ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente, experta en gestión del riesgo de desastres y resiliencia, Susana Fuentez Riquelme, ex promotora de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNIDRR).

Cuando el viernes pasado se anunció públicamente de la alarma amarilla del blanco macizo andino, que es el telón de fondo de las ciudades de Villarrica y Pucón, además de otras localidades ubicadas a los pies, alarmó a los 50 mil habitantes de la primera ciudad y a los 15 mil de la segunda.

“Que esas localidades estén ahí es por un mal ordenamiento territorial. No es posible que estén en instaladas en una zona altamente expuesta a un desastre como una erupción volcánica, y más aun sabiendo que el volcán Villarrica es el más peligroso de Sudamérica, sumándose que en verano aumenta la población por el turismo. Si ocurre una erupción volcánica, Pucón desaparecería por completo con alta cantidad de mortalidad, eso ya lo vimos en Chaitén”, indicó Susana Fuentez, también presidenta de la Fundación Ciudades Resilientes.

Por ejemplo, en Costa Rica desde hace mucho tiempo no se autoriza que la gente se mantenga en zonas de riesgo.

Para ello se realiza un trabajo de educación a quienes habitan allí para que logren comprender que no pueden habitar en la zona. Se construye otro pueblo mejorado, dando condiciones de vida superiores, por ende la población se muda motivada.

SOLUCIÓN: UNA LEY

Según Susana Fuentez, debería comenzar un proceso de cambios inmediatos de la población en las zonas como Pucón y Villarrica.

“El motivo principal es  que Sernageomin ya advirtió que podría ocurrir una erupción altamente explosiva en las próximas semanas o en un par de meses. Con esa información técnica el gobierno, a través de Onemi, tiene el deber y la responsabilidad de actuar antes que puedan morir muchas personas en esa zona. Eso es gestión del riesgo. No se puede esperar que ocurra el desastre y lamentarse por la mortalidad para actuar. Pero esa es la realidad de Chile: se actúa de manera reactiva después que ocurre el desastre y eso es inaceptable”, subraya.

La solución para Susana Fuentez para evitar víctimas en caso de la catástrofe en la zona del Villarrica es crear primero la base legal y con rapidez, es decir, una ley de gestión del riesgo de desastre y la creación de un ministerio basado en esa ley.

“En el anterior gobierno de Sebastián Piñera se ingresó al Congreso una proyecto de ley frente a este tema, pero ese proyecto no fue creado por especialistas. Lo ingreso el ex ministro Jaime Mañalich. Es decir, si Mañalich no tuvo la capacidad profesional de controlar la pandemia en todos los aspectos, menos sería posible que ese proyecto de ley sea eficiente. Se debe ingresar un nuevo proyecto de ley en la materia, creado por comités de expertos nacionales e internacionales y con participación ciudadana”, recalca Susana Fuentez.

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