En el Congreso se tramita el proyecto de ley que pretende extender la vigencia de la licencia de conducir que están vencidas a partir de 2020, para que puedan ser utilizados hasta el próximo año. Sin embargo, desde Automóvil Club de Chile hicieron un llamado a no seguir perseverando en esta iniciativa legal.
Según explicó Alberto Escobar, gerente de movilidad de Automóvil Club de Chile, “es realmente inconcebible que para resolver este cuello de botella se recurra a la solución más fácil, la típica salida ‘a la chilena’, insistiendo en seguir postergando el problema sin un interés genuino de querer resolverlo de manera definitiva”.
“El control de las licencias de conducir no se puede seguir aplazando, y su omisión está provocando un grave perjuicio para la seguridad vial del país. Si se aprueba, el colapso en las direcciones de tránsito durará entre dos y tres años más“, agregó.
Junto a esto, el especialista en seguridad vial advirtió que “hace más de tres años que desconocemos la condición de los conductores que están transitando hoy por nuestras calles, o si quienes manejan cuentan realmente con las habilidades y competencias psicológicas y motoras necesarias para hacerlo”.
Respecto a los severos atochamientos que se han registrado en las direcciones de tránsito a nivel nacional, Escobar afirmó que “las municipalidades deben desafiarse a crear soluciones que estén a la altura de la gravedad del problema y ya se están viendo esfuerzos de algunos alcaldes de enfrentar esta sobredemanda de usuarios y destinar personal adicional para duplicar las horas de atención”.
“El foco del problema se ha puesto en los que renuevan este documento, pero a muchos se les olvida que esto también afecta gravemente para quienes lo tramitan por primera vez, así como a aquellos que se ganan la vida detrás de un volante, como es el caso de los conductores profesionales”, indicó Escobar.
“Es una mala política pública que genera efectos devastadores en la seguridad vial. Aún no se dimensiona la gravedad de este asunto y a muchos se les olvida que el control de la licencia permite al Estado asumir su rol de garante de la seguridad de los chilenos. En nuestro país aún se cree que la licencia de conducir es un derecho, cuando realmente es un privilegio, cuyo otorgamiento necesita ser monitoreado con regularidad dada la alta responsabilidad que ello conlleva”, concluyó.