Agencia Uno.
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Este 29 de enero marcará el inicio oficial de la Ley de Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral en el país, una medida que busca equilibrar las responsabilidades laborales con las necesidades familiares de los trabajadores.

La iniciativa, aprobada por el Congreso el pasado 20 de diciembre, tiene varios componentes, pero uno de los más destacados es el establecimiento del derecho al teletrabajo para madres o padres cuidadores de niños menores de 14 años, así como aquellos a cargo del cuidado de personas con discapacidad o en situación de dependencia severa o moderada.

Según la encuesta de la organización YoQuieroEstar sobre las preferencias de los trabajadores, un 43% optará por el teletrabajo al 100%, mientras que el resto prefiere modalidades híbridas, combinando días en el hogar y en la oficina, en esquemas como 4×1 o 3×2, entre otros. Además, un 14.6% propone trabajar en la oficina por las mañanas y teletrabajar por las tardes.

Sobre este panorama, Isaías Sharon, psicólogo laboral, CEO y fundador de Innzpira, comentó que “contar con un 43% de las personas cuidadoras que se acogerán al teletrabajo total es un porcentaje altísimo. Por lo tanto, podríamos decir que esta ley comienza de manera muy exitosa, en términos de las coberturas”.

“Si bien hay algunas personas o instituciones que quizás esperan un porcentaje mayor, debemos comprender que muchos de los trabajos tienen por naturaleza algún tipo de requerimiento de presencialidad”, explicó Sharon.

En su análisis, el experto de Innzpira aclara que “los formatos híbridos tienen mucho sentido en contextos donde el trabajo requiere cierta presencialidad, así como también todo lo que tiene que ver con la empleabilidad y el plan de desarrollo laboral de las personas, que se ve mermado en formatos de 100% teletrabajo. ¿Por qué? Porque esto limita la vinculación social con los compañeros de trabajo y la visibilidad en promociones internas y otras oportunidades de desarrollo y crecimiento”.

Dado lo anterior, cobra sentido de que las personas preferentemente opten por modalidades híbridas para obtener lo mejor de estos dos formatos y este porcentaje de personas adscritas a un trabajo remoto al 100% es, sin lugar a duda, una cobertura muy amplia y exitosa para los promotores de esta legislación”, acota.

En la misma línea, Carlos Cáceres, presidente del junta directiva de la Universidad de Bolivariana, comenta que “esta ley es una gran ayuda para las personas que cuidan de un familiar, pues la flexibilidad, autonomía y la reducción de tiempos de traslado son ventajas evidentes del teletrabajo”.

“Sin embargo, hay cosas que la ley no puede controlar y en eso me preocupa lo que podría pasar en términos del reconocimiento laboral. Hace muy poco se dio a conocer un estudio de Live Data Technologies que decía que los trabajadores a distancia fueron promovidos con un 31% menos de frecuencia que aquellos que laboraban en una oficina, entonces aquí hay una señal de alerta”, advierte el experto.

Tras esto, comenta que “veo el formato híbrido como una gran opción porque tiene un equilibrio, pues no se deja de lado el factor humano ni la conexión que se establece en el entorno laboral presencial, lo que disminuirá el riesgo de no ser reconocido solo por no asistir a una oficina, algo que, lamentablemente, ya está pasando, concluye.

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