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Asegura que le da miedo volver.

El esposo de la crupier fallecida el domingo en el Casino Montincello, Felipe Monje, quien también trabaja en el recinto sostuvo que antes del tiroteo había advertido de clientes armados en el lugar. Carolina Carreño Ávila, de 33 años, estaba de cumpleaños ese día e incluso tenía la tarde libre para disfrutar con su familia y Monje no trabajó esa jornada.

En conversación con El Mercurio el esposo de la crupier fallecida sostuvo que “Nosotros veíamos a los tipos, de repente (…) nos decían que andaban armados, veíamos las pistolas, sabíamos que en algún momento iba a pasar, y ahora que ya pasó, recién se van a tomar medidas”. Agregando que  “le habíamos dicho a la gerencia que algo así iba a pasar”.

Para Monje cuando comentaban lo que veían “prácticamente lo tomaban como que fuera algo normal. Como nunca había ocurrido nada. Pero como ya empezaron a ocurrir episodios, ahora sí tomaron cartas en el asunto, y esa es la mayor rabia que tenemos nosotros”.

Además, afirma que “Cuántas veces dijimos que se deberían poner pórticos detectores de metales, para que no pasaran armas dentro del casino. Pero aquí en Chile siempre se actúa después que las cosas ocurren”.

A su juicio “la Superintendencia de Casinos tiene mucho que ver en esto. Se están lavando las manos, están súper callados, no han dicho nada”.

Finalmente, manifestó que su futuro laboral es algo que tiene que meditar porque “mi señora está muerta, quedé con mis niñas, qué puedo hacer. A mí, por lo menos, me llega a dar miedo. Los compañeros que están heridos también. Hay compañeros que dicen que no quieren volver al casino. Solamente de pensar, es dificilísimo”.

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