
Cuando bajan las temperaturas o el cuerpo se siente más débil, una buena alimentación puede marcar la diferencia.
Algunos alimentos ayudan a subir las defensas y a mantener fuerte el sistema inmunológico, especialmente frente a resfriados.
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Frutas cítricas (naranja, limón, kiwi): ricas en vitamina C, ayudan a producir glóbulos blancos y combatir infecciones.
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Ajo: contiene alicina, un compuesto con propiedades antimicrobianas.
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Jengibre: alivia la inflamación, el dolor de garganta y la congestión.
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Yogur natural y kéfir: aportan probióticos que refuerzan la flora intestinal y mejoran la respuesta inmune.
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Frutos secos y semillas (almendras, nueces, girasol): ricos en vitamina E y zinc, esenciales para una defensa eficiente del organismo.
Incorporar estos alimentos en tu dieta diaria no solo ayuda a prevenir resfriados, sino también a sentirte con más energía y vitalidad durante todo el año.