
El invierno representa un desafío para la jardinería, ya que las plantas en invierno sufren por el frío, la menor luz y la humedad.
Para protegerlas, traslada tus plantas en macetas a un lugar resguardado como un invernadero o un espacio interior luminoso.
Riega con moderación: en invierno las plantas necesitan menos agua. Hazlo solo cuando el sustrato esté seco y en las horas más templadas del día para evitar daños por congelación.
Aprovecha la luz natural colocando tus plantas en lugares con buena claridad. Evita corrientes de aire frío y fuentes de calor que generen cambios bruscos de temperatura.
No abones salvo que sea estrictamente necesario. La mayoría de las plantas entran en reposo durante el invierno y no requieren fertilizantes.
Siguiendo estos cuidados, tus plantas podrán superar el frío y mantenerse sanas hasta la primavera.