Adquirir un terreno es una decisión importante que puede transformar la vida y abrir nuevas oportunidades, ya sea para construir un hogar propio, iniciar un proyecto agrícola o simplemente invertir.
Sin embargo, este proceso requiere evaluar cuidadosamente varios aspectos para evitar inconvenientes futuros. Aquí te presentamos los puntos esenciales que debes considerar antes de concretar la compra.
Define el tipo de terreno y su propósito
El primer paso es tener claro el uso que tendrá el terreno. No es lo mismo adquirir una parcela de agrado para proyectos recreativos que un lote para construir en un condominio o urbanización.
Cada tipo de terreno tiene características y normativas específicas que afectan el proceso de compra.
La ubicación del terreno influye significativamente en su valor y funcionalidad. Idealmente, debería contar con acceso cercano a rutas principales, transporte público, centros educativos y comerciales, entre otros servicios.
Estos factores no solo aumentan la calidad de vida sino que también incrementan el valor de la propiedad con el tiempo.
El terreno debe tener acceso a agua potable, energía eléctrica y alcantarillado. Además, las características geográficas deben contemplar un terreno plano y despejado que facilite la construcción y minimice costos.
Además, se recomienda evitar terrenos en zonas de riesgo, como áreas propensas a inundaciones o deslizamientos de tierra, cercanas a ríos o quebradas.
Normativas de construcción
Antes de comprar, se recomienda comparar las regulaciones vigentes a través de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC) y la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC).
También se deben verificar los planes reguladores comunales, que definen aspectos como la altura máxima permitida, superficie mínima del terreno o el coeficiente de ocupación de suelo.
Esta información está disponible en las municipalidades y en el sitio web del Observatorio Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Es crucial revisar la situación legal del terreno para evitar sorpresas desagradables a través de un informe de dominio y de inhibición en el Conservador de Bienes Raíces para confirmar que no existen hipotecas, embargos, ni otros impedimentos legales que afecten la compra. Este trámite puede hacerse personalmente o mediante un estudio de títulos encargado a un abogado.