
En tiempos donde muchas personas buscan alternativas naturales para cuidar su salud, el té de cúrcuma y jengibre ha ganado terreno como una opción efectiva y fácil de preparar en casa. Esta infusión milenaria no solo tiene un sabor reconfortante, sino que también ofrece múltiples beneficios para el sistema inmunológico, respaldados por la ciencia.
Por un lado, la cúrcuma contiene curcumina, un compuesto activo que, según el International Journal of Molecular Sciences, tiene la capacidad de activar células inmunitarias como los linfocitos T y macrófagos. Además, ayuda a reducir la inflamación al bloquear la acción de moléculas como las interleucinas y el TNF-α.
El jengibre, en tanto, es rico en gingerol, un potente antiinflamatorio natural. Tal como señala un estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology, este componente puede reducir la inflamación general del cuerpo y protegernos de bacterias y virus que afectan las vías respiratorias y el sistema digestivo.
Cuando se combinan, estos dos ingredientes no solo potencian sus efectos, sino que crean una mezcla sinérgica que mejora las defensas del organismo, protege frente a infecciones y promueve una recuperación más rápida ante enfermedades.
Preparación simple y efectiva
Preparar esta infusión en casa es sencillo. Solo necesitas:
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Agua hirviendo
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Cúrcuma y jengibre (fresco o en polvo)
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Una pizca de pimienta negra (mejora la absorción de curcumina)
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Opcional: jugo de limón y miel
Hierve los ingredientes durante unos 10 minutos, cuela y sirve caliente. También puedes dejar enfriar y tomarla como bebida refrescante en días calurosos.
Los expertos recomiendan consumir esta infusión una vez al día, idealmente por la mañana, para aprovechar su efecto energizante, digestivo y protector. Una opción saludable, económica y con respaldo científico para quienes buscan fortalecer su salud de manera natural.