
La cifra de víctimas mortales por los incendios forestales en el área de Los Ángeles ascendió a 24, mientras las autoridades locales y los equipos de emergencia intensifican los esfuerzos para contener el avance de las llamas. Los incendios han devastado grandes extensiones de terreno y obligado a más de 144.000 personas a evacuar sus hogares.
Según reportes oficiales, el incendio de Palisades, que ha arrasado con más de 9.000 hectáreas, está contenido en un 11%, mientras que el de Eaton, con una extensión de 5.712 hectáreas, alcanzó un 27% de control. Los funcionarios advierten que los próximos días serán cruciales debido al pronóstico de fuertes vientos y clima seco, lo que podría complicar las labores de extinción.
Declaración de emergencia sanitaria en Los Ángeles
El Departamento de Salud Pública del Condado declaró una emergencia sanitaria debido a la mala calidad del aire generada por las cenizas y el humo. Se ha instado a los residentes a permanecer en interiores, utilizar sistemas de aire acondicionado con filtros y usar mascarillas en caso de salir al exterior.
“La combinación de incendios y fuertes vientos ha degradado gravemente la calidad del aire, lo que plantea riesgos inmediatos y a largo plazo para la salud pública”, informó el departamento en un comunicado.
Además, las autoridades han emitido nuevas órdenes de evacuación para las zonas cercanas a los seis focos activos de fuego. Lindsey P. Horvath, supervisora del condado, anunció la apertura de refugios adicionales para atender a los desplazados.
Impacto y causas bajo investigación
Hasta el momento, los incendios han destruido unas 10.000 estructuras, incluidas viviendas, edificios y comercios. El fiscal de distrito, Nathan Hochman, enfatizó la prioridad de salvar vidas y ayudar en la emergencia, pero aseguró que se investigarán las causas: “Si se determina que hubo intencionalidad, los responsables enfrentarán todo el peso de la ley”.
El fenómeno climático conocido como vientos de Santa Ana, sumado a una sequía prolongada, ha contribuido a la rápida propagación de los incendios. Los pronósticos de nuevas ráfagas elevan la preocupación sobre posibles extensiones del fuego, lo que mantiene en alerta a las autoridades y a los residentes de Los Ángeles.