Agencia Uno
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La Bancada de Diputados del Partido de la Gente (PDG) e Independientes dio a conocer su postura con respecto a la propuesta de nueva Constitución que fue presentada el lunes pasado.

Desde la bancada indicaron que tienen claro que “nos enfrentamos a un momento histórico. Por primera vez la ciudadanía deberá validar o no el trabajo de una Convención Constituyente electa democráticamente y mandatada para confeccionar una propuesta de  nueva Constitución”.

“Las demandas ciudadanas, desplegadas en la calle, versaban sobre pensiones más justas, sueldos dignos, mayor seguridad, mejor salud y educación, entre otras. Esta manifestación de descontento de la gente alcanzó su peak el 18 de octubre y obligó a las fuerzas políticas tradicionales a avanzar a un acuerdo para intentar responder a estas demandas y dirimir la forma en la que se elaboraría una propuesta de nueva Constitución”, puntualizaron.

Debido a lo anterior, señalaron que “creemos que el principal barómetro con el cual se ha de medir el desempeño del texto borrador propuesto, debe ser ‘¿en qué medida el texto responde a las demandas ciudadanas que fueron las gatillantes del proceso?'”.

“Creemos que el hastío de la gente con los partidos políticos tradicionales llevó a una conformación de la Convención que no representa claramente la forma de pensar de la mayoría de los chilenos, no obstante, siempre se tuvo la fe en que estas personas electas asumirían con responsabilidad y altura de miras tan noble misión, sobreponiendo los intereses de Chile por sobre las odiosidades, revanchismos e incluso proyectos personales”, expresaron desde la bancada.

Asimismo, enfatizaron que “no cabe duda que muchos convencionales contribuyeron al desprestigio de la Convención y no estuvieron a la altura del cargo. Sin ir más lejos, las modificaciones introducidas a último minuto y entre gallos y medianoche, y el que ad portas de entregar el borrador al Presidente, una parte considerable de los convencionales no tuviesen acceso al texto es preocupante y da una pésima señal de transparencia hacia la ciudadanía, a quien se debiese procurar satisfacer en el ejercicio de cualquier cargo de elección popular”.

“Sin embargo, una cosa es el actuar personal y otra es el trabajo desarrollado, que debía tender a elaborar un proyecto constitucional que pusiera en el centro a la gente. Al respecto, creemos que se hicieron grandes avances en términos de, por ejemplo, proponer un Estado social de Derecho en vez de un Estado subsidiario, como opera hasta hoy en día. El reconocimiento de los Derechos Fundamentales también es un gran avance, aunque aún no quede claro cómo se garantizará su acceso”, precisaron.

Bajo este contexto, plantearon que “la disyuntiva que enfrentaremos todos los chilenos este 4 de septiembre no es una lucha entre la izquierda o la derecha, y como bien lo ha dicho el Presidente y sus ministros, no es un juicio al Gobierno actual ni tampoco pone en jaque la ejecución de un programa de Gobierno, sino que es la decisión respecto del marco regulatorio al que deberán ceñirse todos los Gobiernos que vengan, sea cual sea su color”.

“Por lo que más allá de nuestras ideologías particulares, debemos ser lo suficientemente generosos para que nuestro patriotismo y amor por Chile prime a la hora de decidir si este borrador nos acerca o nos aleja de la senda que queremos para Chile”, expusieron.

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