El exministro de Defensa, Alberto Espina, recordó este miércoles el legado que dejó el expresidente Sebastián Piñera, quien perdió la vida ayer en un accidente de helicóptero en el Lago Ranco, Región de Los Ríos.
“Una pena infinita, porque ha partido no solo un gran amigo, sino que un patriota, una persona que dedicó sus mejores tiempos y esfuerzos a servir a Chile por sobre toda otra consideración”, expresó el ex secretario de Estado en el segundo gobierno de Piñera en diálogo con radio Agricultura.
El abogado sostuvo que el otrora mandatario “siempre prefirió servir a Chile y lo hizo desde la perspectiva de cómo podemos mejorar a nuestro país, a nuestros compatriotas, su calidad de vida”.
Por lo tanto, para Espina, “su legado quedará grabado a fuego en el corazón de millones de chilenos, incluso, de personas que pueden pensar distinto a él“.
“Sebastián Piñera tenía una profunda vocación democrática”
Asimismo, el exministro Espina destacó que el expresidente Sebastián Piñera “tenía una profunda vocación democrática. Él lo que quería un centro-derecha democrática y lo logró“.
Por otro lado, recordó algunos momentos que marcaron la gestión en La Moneda del doctor en Economía, como el terremoto del 27 de febrero de 2010, que ocurrió a dos semanas de asumir su primera administración.
“Puso todos sus esfuerzos, movilizó todos los equipos recién asumidos y logró la reconstrucción del país”, dijo Espina.
Igualmente, abordó el rescate de los mineros. “Había muchas personas que le decían ‘Presidente, sabe, mejor declaremos que ya no es posible rescatarlos’ (…) Él en forma tenaz, clara, con una convicción enorme y una gran seguridad que los mineros estaban vivos”.
“Se salvaron por Piñera, no por otra persona, así de simple”, aseveró el que fuera senador por la región de La Araucanía.
De igual forma, Espina rememoró la gestión durante la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. “Cuando se inicia la pandemia, él tenía una decisión muy compleja, era cómo lográbamos nosotros poner vacunas. En el mundo había una gran incertidumbre”.
“Sebastián tenía convicciones extraordinarias, no sólo porque era un gran gestor, sino por un gran ser humano“, manifestó.