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A menos de un año de la aplicación de los primeros tratamientos clínicos con bobinas de estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) en niños que están diagnosticados con el trastorno de espectro autista (TEA) en Chile, los primeros resultados evidenciaron que durante la primera semana de inicio de las terapias más del 70% de los pacientes presentó mejoras significativas en el control de impulsos y en los trastornos asociados al sueño.

Las terapias con rTMS están siendo ejecutadas en Chile por Clínica NovaVita – centro especializado en tratamientos de salud mental – y se basan en una tecnología de origen francés, que suministra pulsos magnéticos que producen una estimulación localizada y repetitiva de los circuitos cerebrales involucrados con el estado de ánimo del ser humano. A través de estas bobinas no invasivas se inducen pequeños impulsos electromagnéticas que activan o estimulan las neuronas en estas áreas, lo que permite a los niños y adolescentes con autismo mejorar su actividad cerebral y provocar una serie de cambios en sus comportamientos, como son las conductas repetitivas, la hipersensibilidad a estímulos sensoriales y sus funciones ejecutivas.

De acuerdo con los resultados que se han reportado hasta la fecha con el uso de esta tecnología en niños con TEA, que se encuentra actualmente validada por la FDA y la Unión Europea, el 66% de los niños que han sido sometidos a este procedimiento no invasivo mejoraron sus sintomatologías después de un mes de iniciado el tratamiento y un 55% persistió con esta mejora en un periodo de seis de meses.

En cuanto a las ventajas que ofrece la estimulación magnética transcraneal en el manejo de síntomas patológicos asociados al autismo, los estudios clínicos internacionales han demostrado que el 83% de los menores experimenta mejoras en la escala de comunicación, el 81% en el área cognitiva, el 72% en el ámbito de la sociabilidad y el 52% en su comportamiento.

Según explicó Carla Parada, jefa clínica de NovaVita, “la rTMS estimula de manera repetitiva las zonas del cerebro que se ven afectadas por el trastorno del desarrollo, que principalmente son la cortezas prefrontal, y que permite obtener mejoras en el descontrol de impulsos, en el ámbito de la sociabilización con el medio, en la gestión de las emociones, atención y concentración, en movimientos estereotipados obsesivos e, incluso, en algunos casos podría haber mejoras en el habla. En el fondo, lo que se hace es estimular la plasticidad sináptica, o sea, la capacidad que tienen las neuronas de generar nuevas conexiones, por lo tanto, permiten consolidar aprendizajes”.

La jefa clínica de NovaVita agregó que “el uso de esta tecnología es superficial, es indolora y no tiene efectos secundarios. Las sesiones son ambulatorias y no hay ningún tipo de contraindicación importante, salvo en algún diagnóstico de epilepsia no estudiado. Este es un tratamiento integral y en la quinta sesión de neuroestimulación se pueden ver resultados en distintos síntomas, por ejemplo, en los trastornos del sueño. Generalmente en la sintomatología fisiológica es la que comienza a remitir primero, y luego se ve reflejada en el manejo de la irritabilidad y en el descontrol de impulsos. Esos síntomas se van regulando de manera rápida y son más evidentes en los casos que hemos tratado en Chile”.

                Según informaron desde la Clínica NovaVita, gracias a la capacidad que tiene esta tecnología de crear un campo eléctrico, estimulando las neuronas en áreas específicas, también se logra una mejor absorción de los fármacos que generalmente se utilizan para los niños y adolescentes con TEA, lo que disminuye notoriamente los efectos secundarios.

                El tratamiento con la técnica rTMS en niños con TEA contempla la ejecución inicial de 20 sesiones, con una duración de entre 30 a 40 minutos cada una, y que es adaptada según sean las manifestaciones clínicas que tenga cada paciente. Para la correcta aplicación de estas terapias en nuestro país se trabaja con un equipo multidisciplinario que está integrado por psiquiatras, psicólogos infantiles, kinesiólogos y médicos especialistas en neuroestimulación, que monitorean el progreso de niños y adolescentes durante y después del tratamiento. En las terapias, los padres también son incorporados activamente, permitiéndoles participar en cada una de las sesiones que involucran a su hijo y haciéndoles partícipes del seguimiento y los avances del tratamiento de salud mental que se les está practicando.

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