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Uno de los placeres en vacaciones es la buena mesa, pero pareciera incompatible con lucir una buena figura en la playa este verano. Para disfrutar de las comidas y no ocultar el sobrepeso bajo la polera, Paula Heredia, nutricionista de Clínica Tarapacá, entrega claves para lograrlo.

En estas vacaciones, es natural querer disfrutar de apetitosas comidas junto a la pareja, familia y amigos. Sin embargo, resulta una contradicción el que la buena mesa traiga consigo el sobrepeso, con la consecuencia de querer ocultarse bajo la polera en la playa. ¿Es posible, entonces, disfrutar de las comidas en vacaciones sin aumentar de peso?

Para la nutricionista, esto es posible siempre que se respeten ciertas claves alimentarias. “Idealmente se debe aumentar el consumo de ensaladas, evitar las bebidas alcohólicas y elegir carnes blancas, preferentemente”, señala la especialista.

Respecto de la hidratación, otro aspecto fundamental, la profesional indica que “debe ser con líquidos sin gas, a base de frutas sin azúcar añadida”, en esta época en un volumen de 2.3 litros, promedio, al día.

Asimismo, se debe evitar el consumo de grasas saturadas, como las frituras. “Estos platos de comida son las que aportan mayore cantidad de calorías. Es preferible, entonces, suplir por hidratos de carbono, como arroz, papas, fideos, puré, choclo o cereales de quínoa”, explica Heredia.

Para disfrutar las comidas y no aumentar de peso por ello, la especialista recomienda evitar los volúmenes abundantes en los platos. Por ejemplo, en cuanto a los hidratos de carbono, “idealmente se deben de consumir en porciones no mayores a ¾ tazas al día. Así, no se consume más de 150 a 160 calorías por cada plato en estos alimentos”, detalla la profesional.

Además, las frecuencias de cada comida no deben ser superiores a 2.5 a tres horas, como máximo.

Comida v/s ejercicio físico

Es usual creer que se puede paliar la comida en abundancia, y de alta carga calórica, con una buena rutina de ejercicio físico. Sin embargo, Heredia es tajante en relativizar esta creencia. “Incorporar ejercicio es beneficioso para la salud, la persona realiza un gasto de energías, pero tampoco es bueno abusar del sobre consumo calórico para luego ejercitar”, señala.

“Me refiero a que, algunas veces, la relación consumo/ gasto calórico no concuerda”, explica la nutricionista. En este sentido, Heredia explica que, por media hora de ejercicio aeróbico, se queman de 175 a 200 calorías. Correr media hora, a su vez, quema 300 calorías.

A lo anterior, la profesional de Clínica Tarapacá ejemplifica aplicando los valores: “consumir un lomo a lo pobre son sobre 700 calorías. Si la persona no tiene la costumbre de realizar más de una hora de ejercicio, siempre quedarán calorías en formato de reserva, las cuales se convierte en grasa si no se queman a tiempo”.

“Para llevar una ingesta adecuada de alimentos, siempre se recomienda una dieta equilibrada. Aumentar los lácteos descremados, verduras de hoja verde, frutas, legumbres, harinas integrales, frutos secos, pescados, huevos, carnes blancas y aceite de oliva son la base de mantener el peso ideal y no llegar al sobrepeso”, indicó Heredia.

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