
El nuevo entrenador de Universidad Católica, Daniel Garnero, vuelve al club tras casi tres décadas, pero esta vez desde el banco técnico. Su anterior paso por la franja, en 1996, fue breve y sin brillo, muy distinto a la historia que construyó como futbolista en su natal Argentina.
Un año para el olvido en San Carlos
Garnero llegó a la UC en condición de figura absoluta de Independiente, por lo tanto, como la gran contratación para reemplazar a Néstor Gorosito, vendido al fútbol japonés, en la creación ofensiva. Sin embargo, el argentino jugó solo 16 partidos y anotó un gol, en un discreto año 1996 que no dejó mayor huella en los hinchas. El equipo cruzado, pese a sus aspiraciones, no logró títulos ese año y el volante decidió regresar a su país apenas finalizada la temporada.
Ídolo del “Rojo”
Lo mejor de su carrera lo vivió en Independiente de Avellaneda, donde fue referente en tres etapas distintas. En total, disputó 255 partidos oficiales con el “Rojo” y convirtió 23 goles, dejando una marca profunda como el sucesor del recién retirado Ricardo Enrique Bochini. Conquistó el Torneo Clausura de 1994, la Supercopa Sudamericana en dos ediciones consecutivas y la Recopa Sudamericana en 1995, en la última etapa de hegemonía internacional del ‘Rey de Copas’.
También tuvo una breve incursión en el fútbol mexicano, con el Toros Neza, donde jugó 12 partidos en el año 2000, antes de cerrar su carrera profesional al año siguiente, nuevamente en Independiente.
El desafío cruzado
Ahora, el ‘Dani’ asume la banca de Universidad Católica con contrato hasta 2026 y el desafío de devolver al equipo a los primeros lugares del torneo nacional. El club quedó eliminado de la Copa Sudamericana y de la Copa Chile, y actualmente marcha en la octava posición del Campeonato Nacional. El técnico argentino llega con una sólida carrera como entrenador, marcada por múltiples títulos en Paraguay y un reciente paso por la selección de ese país.