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ganadoLos sensores puestos en las orejas de los animales permitirían ahorrar dinero en remedios y mejorar la productividad en Estados Unidos.

Farmacéuticas, startups y ganaderos apuestan a que sensores y software de minería de datos pueden ayudar a los rancheros a mantener saludables las vacas en los corrales de engorde o feedlots del oeste de Estados Unidos. Nuevas etiquetas colocadas en las orejas de los animales apuntan a monitorear los movimientos y los patrones de alimentación en busca de señales iniciales de enfermedad.

Conforme los bajos precios del ganado socavan las ganancias de los rancheros, los desarrolladores de esas tecnologías creen que pueden ayudarles a ahorrar dinero en medicamentos como antibióticos y evitar el tratamiento de reses sanas. La táctica es también vista con buenos ojos por algunos funcionarios de salud y consumidores que critican el uso excesivo de antibióticos.

Revolución en el sector agropecuario

Startups como Southfork Solutions Inc., Precision Animal Solutions LLC, Quantified Ag y GrowSafe Systems Ltd. están compitiendo por colocar sus sensores y etiquetas en ranchos ganaderos, con el objetivo de llevar la revolución de la analítica de datos del sector agropecuario estadounidense a las operaciones de ganado.

Farmacéuticas veterinarias como Zoetis Inc., con sede en Nueva Jersey, consideran igualmente a la tecnología como una forma de diversificarse en momentos en que los restaurantes y las empresas de alimentos presionan para que se reduzca el nivel de antibióticos empleados en la producción de carne. Los reguladores del sector alimentario también han buscado limitar algunos usos de estos medicamentos.

El uso de antibióticos para criar pollos, cerdos y reses ha sido blanco de críticas de entidades gubernamentales y grupos de defensa del consumidor que dicen que acelera el desarrollo de bacterias resistentes, lo que podría poner en riesgo la salud humana.

Los desarrolladores sostienen que sus sistemas pueden reducir los costos de medicación en cerca de 15% por animal y salvar a más animales enfermos. Sin embargo, muchos rancheros de larga data dudan de que un programa de computadora pueda brindarles más información sobre una vaca que lo que puedan observar desde sus caballos.

David Sjeklocha, quien ayuda a supervisar unas 240 mil reses como gerente de operaciones de salud animal en corrales de engorde de Cattle Empire LLC, de Kansas, tuvo que persuadir a un vaquero receloso para que siguiera las recomendaciones de Southfork.

El sistema de Southfork monitorea los recorridos que vacas y novillos hacen para llegar a los abrevaderos en busca de indicios de que no están comiendo lo suficiente y que podrían estar enfermos.

En la etapa inicial de un programa piloto que comenzó a fines de 2013, un vaquero pensó que el sistema de Southfork no estaba detectando a algunos animales enfermos y llamó a Sjeklocha desde su montura: “Dijo: ‘Doctor, esto no está bien, si estas vacas están enfermas, necesitan salir'”, dice Sjeklocha, quien tiene un doctorado en medicina veterinaria.

Este persuadió al vaquero para que siguiera el sistema de Southfork. De los 12 animales que el ranchero quería que recibieran tratamiento, apenas dos terminaron enfermos. De esta forma, Cattle Empire ahorró dinero en trabajo y fármacos innecesarios.

Quantified Ag, que analiza la movilidad y la temperatura de los animales, invirtió más de US$ 1 millón para desarrollar su sistema y actualmente cobra por su servicio alrededor de US$ 18 por cabeza de ganado, indica Vishal Singh, presidente ejecutivo de la empresa de Nebraska.

Southfork y Precision Animal Solutions están probando sus sistemas en preparación para un lanzamiento comercial a gran escala, y aún no han determinado sus precios. Sus ejecutivos dicen que los ahorros en medicamentos y mano de obra podrían ser significativos en momentos en que las ganancias de los lotes de engorde están bajo una enorme presión.

La rápida expansión del ganado vacuno en EE.UU. ha reducido los precios mayoristas de la carne en 17% durante los últimos 12 meses y ha hecho que el rancho promedio perdiera una suma récord de US$ 307 por animal en 2015, según estimaciones del proveedor de datos Livestock Marketing Information Center. Los campos de engorde de EE.UU. se encaminan a perder unos US$ 90 por animal este año.

Estas estimaciones no incluyen estrategias de cobertura financiera o el uso de aditivos alimentarios para promover el crecimiento, que pueden mejorar la rentabilidad.

Zoetis, la mayor farmacéutica veterinaria del mundo por ventas, empezó a invertir en Southfork hace varios años y hace unos meses adquirió su tecnología. Las empresas no divulgaron los términos del acuerdo.

Jon Lowe, director de la división ganadera de Zoetis, reconoce que un amplio uso de la tecnología podría recortar las ventas de medicamentos para animales. Sin embargo, Zoetis cree que esa tendencia es inevitable a medida que los productores ganaderos y avícolas utilizan menos antibióticos en respuesta a la demanda de los consumidores.

Elanco, una farmacéutica veterinaria que pertenece a Eli Lilly & Co., ofrece servicios respaldados por datos que buscan maximizar el crecimiento de los ganados y monitorear las tasas de alimentación. Aún no ha utilizado el sistema para identificar vacas enfermas, dijo una vocera.

Para monitorear la salud del ganado, las unidades de engorde emplean vaqueros que cabalgan dentro de los corrales, observando que no haya animales letárgicos con problemas para respirar. El complejo respiratorio bovino, similar a la neumonía, está entre las enfermedades más comunes de las reses.

“Quieren ocultar sus síntomas de nosotros porque nos perciben como depredadores, y con razón”, señala Singh, de Quantified Ag.

Para algunos feedlots , los sistemas podrían ayudar a dejar a los vaqueros sin trabajo. Si bien la tecnología no tiene como propósito reemplazar a los vaqueros, podría hacerlos más eficientes, afirman los desarrolladores. En lugar de buscar animales enfermos en decenas de corrales, cabalgarían con una lista que identifique a las vacas correctas.

Reducción de costos
Los desarrolladores sostienen que sus sistemas pueden reducir los costos de medicación en cerca de 15% por animal.

Fuente: El Mercurio

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