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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa la difícil búsqueda de un nuevo jefe de gabinete, un puesto tradicionalmente prestigioso que parece haberse vuelto tóxico por las flagrantes tensiones en la Casa Blanca.

En un hecho inusual, el mandatario anunció la partida de John Kelly, un general de la Marina retirado con quien la relación se ha deteriorado en los últimos meses, antes incluso de encontrar a su sucesor.

Nick Ayers, de 36 años, jefe de gabinete del vicepresidente Mike Pence, era el favorito para suceder a Kelly, pero tiró la toalla la noche del domingo, en un desaire para el presidente más allá de las razones de índole familiar esgrimidas oficialmente.

Más o menos directamente, excolaboradores y exmiembros del gabinete explicaron la dificultad de trabajar diariamente con el impetuoso presidente de 72 años, quien fue lanzado al poder sin ninguna experiencia política o diplomática.

El exjefe de la diplomacia estadounidense, el discreto Rex Tillerson, pintó un duro retrato de Trump. “Es bastante indisciplinado, no le gusta leer, no lee informes de reportes, no le gusta entrar en los detalles de muchas cosas”, dijo en una entrevista. Sus comentarios le valieron una serie de insultos del presidente.

“Nadie quiere ser jefe de gabinete de Trump”, dijo el opositor Partido Demócrata en un comunicado. “¿Y por qué lo querrían? Trump ha convertido el principal puesto de la Casa Blanca en el “hazmerreír del público'”.

Pero más allá de los cuestionamientos al funcionamiento del “Ala Oeste”, el presidente de Estados Unidos ahora es mencionado en una investigación con muchas ramificaciones que oscurecen significativamente el final de su segundo año en el poder.

En su primera reacción a la publicación el viernes de documentos sobre pagos ocultos realizados antes de las elecciones de 2016 a Karen McDougal, una “conejita” de la revista Playboy, y a Stormy Daniels, una actriz porno, Trump tuiteó el lunes, en mayúsculas y con signos de exclamación, su expresión favorita: “¡CAZA DE BRUJAS!”.

En este ajetreado fin de año, el exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI) James Comey, abruptamente despedido por Trump, insistió el domingo en que los votantes deben hacer todo lo posible para asegurarse de que “las mentiras se detienen el 20 de enero de 2021″.

En una aparición pública en Nueva York, Comey dijo que una victoria en las urnas es mucho más preferible a un juicio político en un país altamente dividido”.

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