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El gobierno de Japón levantó el jueves la alerta por un posible megaterremoto que había emitido una semana antes, luego de que no se detectaran anomalías en la actividad sísmica ni en la deformación de la corteza terrestre. Esta alerta, que había generado preocupación en la población, se emitió tras un sismo de magnitud 7,1 que sacudió el sur del país, dejando 15 personas heridas.

Yoshifumi Matsumura, ministro de Gestión de Desastres, explicó la decisión de levantar la alerta, pero enfatizó que la amenaza de un megaterremoto persiste: “Como no se ha detectado ninguna anomalía en la actividad sísmica ni en la deformación de la corteza terrestre, el llamado especial a una atención particular terminó, pero esto no significa que el riesgo haya desaparecido”. Matsumura también instó a la población a no bajar la guardia: “Pedimos continuar atentos a las precauciones cotidianas y a mantenerse vigilantes ante un megasismo que puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar”.

Impacto de la alerta en la sociedad japonesa

La alerta original fue emitida por la Agencia Meteorológica Japonesa y tuvo un impacto significativo en la vida diaria y en la economía del país. La advertencia llevó a la cancelación de miles de reservas turísticas, y provocó que muchos ciudadanos se apresuraran a comprar suministros en los supermercados, preparándose para un posible desastre. Incluso, el primer ministro, Fumio Kishida, decidió cancelar un viaje programado a Asia Central para poder gestionar cualquier emergencia que pudiera surgir.

La agencia meteorológica, al emitir la alerta, señaló que “la probabilidad que ocurra un nuevo temblor es más elevada que en tiempos normales, pero esto no indica con certeza que se vaya a producir”. El foco de preocupación se centraba en la fosa submarina de Nankai, una zona altamente sísmica ubicada entre dos placas tectónicas en el océano Pacífico. Esta fosa, que se extiende por 800 kilómetros frente a la costa pacífica de Japón, ha sido el epicentro de terremotos devastadores en el pasado, incluyendo un sismo de magnitud superior a 8 en 1707 que también provocó la última erupción del monte Fuji.

Riesgo sísmico

Japón es un país con alta actividad sísmica, y las autoridades han advertido repetidamente sobre la posibilidad de futuros terremotos de gran magnitud. Según estimaciones del gobierno japonés, hay un 70% de probabilidades de que un gran terremoto ocurra en los próximos 30 años, lo que podría resultar en una catástrofe con hasta 300.000 víctimas fatales en el peor de los escenarios.

El recuerdo del terremoto de magnitud 9 que azotó Japón el 11 de marzo de 2011, sigue presente en la memoria colectiva del país. Ese sismo, el más potente registrado en la historia de Japón, provocó un devastador tsunami y el accidente nuclear de Fukushima, dejando un saldo de alrededor de 20.000 muertos o desaparecidos.

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