Agencia Uno
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En una nueva conmemoración del 18 de octubre, el inicio del estallido social, el Presidente Gabriel Boric dio un discurso desde La Moneda.

“Durante estos últimos tres años los distintos sectores políticos hemos asumido una interpretación de los eventos políticos a octubre del 2019 que parecieran hacer más que reafirmar nuestras creencias y nuestras convicciones previas“, dijo.

A tres años del 18-O, “ya es tiempo de que salgamos de nuestra zona de comfort para interpretar lo que ahí paso, las lecciones que debemos sacar de este proceso y actuar”, señaló el jefe de Estado.

“El estallido no fue una revolución anticapitalista y tampoco -como han querido instalar estos últimos días- fue una pura ola de delincuencia, fue una expresión de dolores y fractura de nuestra sociedad, de la cual la política no ha sabido interpretar ni dar respuesta”, expresó el Mandatario.

Boric reiteró en sus palabras que “cuando leemos solo para reafirmar nuestras concepciones, estamos eludiendo su mensaje y enseñanza. Como Presidente de Chile no voy a cometer ese error. Y estamos trabajando desde nuestro Gobierno y las fuerzas políticas que nos apoyan para no caer en lo mismo”.

En ese sentido, apuntó que “este tiene que ser el aprendizaje que entre todos hagamos para que nuestras diferencias se resuelvan sin que nunca más lleguemos a la fractura que explotó un día como hoy hace tres años”.

“En esos días de estallido se dijeron y se hicieron muchas cosas excesivas, nos agredimos uno a otros y creo que somos muchos lo que sentimos que en ese periodo llegaron a un extremo que no debieron haber llegado”, agregó.

Su diagnóstico fue que “una de las razones de que llegamos a este punto fue por la incapacidad que tuvimos en el mundo político que durante mucho tiempo de acordar soluciones para estos problemas”.

Criticó que “desde entonces hasta ahora hemos avanzado poco en cambiar las cosas en este plano”. Si bien reconoció que han habido esfuerzos, “todavía no concretamos las reformas que resuelvan la debilidad de los derechos sociales de los chilenos y chilenas”.

“El mandato de nuestro gobierno es poner fin a este largo periodo de sequía en que las reformar no se concretan por falta transversal de acuerdo en el mundo político y, además, de hacernos cargo de las urgencias del momento. De eso se trata nuestra reforma tributaria, de financiar derechos sociales. De eso se trata nuestra reforma previsional, de pensiones dignas, que son urgentes. De eso se trata la reforma a la salud, para que esta sea oportunidad, digna y sin listas de esperas eternas”, indicó.

El rol del Gobierno

El Presidente Boric dijo que “sabemos que Chile nos pide reformas, pero no le está dando un cheque en blanco a quienes la estamos impulsando”

Y destacó que las “reformas que piden no siempre coincide con la que promovemos los reformistas”

Prueba de ello fue el primer proceso constitucional y el plebiscito lo dejó claro, dijo. “Como Gobierno estamos trabajando para recoger este mensaje y actuar en consistencia porque reconocemos que nuestra lectura de los cambios sociales que el país necesita estuvo muchas veces nubladas por nuestras ideas preconcebidas“, cuestionó.

“Vemos que las personas que tienen exigencias materiales del día a día están muchas veces alejadas de las recetas políticas de unos y de otros. Quieren derechos sociales garantizados pero también quieren defender su autonomía y su posibilidad de elección, quieren un Estado que proteja pero no que ahogue, quieren igualdad y reivindican a su vez su libertad”, dijo.

Derechos humanos no es contrario al apoyo a Carabineros

El Mandatario también dedicó parte de su discurso a la violencia y la protección de los derechos humanos que ocurrieron durante el estallido social.

Sostuvo que fue un “momento doloroso” en cuanto a los derechos humanos y que las lesiones y abusos que se cometieron no es algo a lo debe haber indiferencia.

“Como Estado debemos asumir que el control policial de esos meses sobrepasó los límites de lo aceptable, hubo muertos, hubo abusos sexuales, hubo mutilaciones oculares y eso no puede quedar impune, y no se puede volver a repetir”, dujo.

“Es indispensable que en democracia los abusos policiales se investiguen y se sancionen”, recalcó.

“Cuando pedimos sanciones contra los abusos policiales no dejamos ni por un segundo de valorar el trabajo que las policías hacen todos los días para proteger a la población y frenar a la delincuencia”, señaló.

“El estallido social fue un campo fértil para la expansión de conductas violentas destructivas que también han dejado víctimas y secuelas”, dijo.

“Esa violencia se volvió contra las propias causas del estallido al producir una creciente ola de rechazo en la sociedad cansa de ver cómo el vandalismo destruye los barrios, el comercio, el patrimonio, abriéndole paso a acciones que son delictuales”, fustigó.

Por ello, afirmó que “la protesta social no puede ser sinónimo de violencia, no puede cobijarla ni justificarla, porque va en contra de sus principios y propósitos y en contra de su vocación de mayoría para cambiar la realidad”.

E insistió que “las violaciones a los derechos humanos como daños oculares, agresiones sexuales, lesiones graves, hasta muertes, no son aceptables y, a la vez, Carabineros cuenta con todo nuestro respaldo para combatir la delincuencia y asegurar el control del orden público en el marco del estado de Derecho. No hay una dicotomía entre ambas posiciones y lo vamos a defender”.

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