
El infarto al corazón es una de las principales causas de muerte, pero se puede prevenir con hábitos saludables que mejoren la salud cardiovascular.
Alimentación balanceada: prioriza frutas, verduras, legumbres, granos enteros y pescados. Evita el exceso de sal, azúcar y grasas saturadas, que elevan el riesgo cardíaco.
Ejercicio regular: 30 minutos diarios de actividad física, como caminar o nadar, fortalecen el corazón y ayudan a controlar el peso.
Dormir bien: descansar entre 7 y 8 horas mejora la salud general y reduce el estrés, un factor que también puede afectar el corazón.
Chequeos médicos: controlar la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre es clave para anticiparse a posibles problemas.
Reducir el estrés: actividades como la meditación o pasar tiempo en familia ayudan a mantener el equilibrio emocional y cardiovascular.