
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de nuevos aranceles que incluyen al cobre, el petróleo, el gas y otros productos importados. Según sus declaraciones, la medida comenzará a regir el 18 de febrero y busca ejercer presión sobre diversos países en materia comercial y migratoria.
Durante un encuentro con la prensa en la Casa Blanca, Trump afirmó su intención de aplicar un arancel del 25 % a las importaciones procedentes de México y Canadá, así como un 10 % a los productos provenientes de China. En este contexto, el cobre también será objeto de gravámenes, aunque el mandatario no especificó qué países serán los más afectados. “Ocurrirá bastante pronto”, aseguró el presidente, dejando abierta la posibilidad de modificaciones en las fechas de implementación.
El jefe de Estado estadounidense insistió en la importancia de estas restricciones comerciales, argumentando que buscan reducir el tráfico de fentanilo y frenar la inmigración ilegal. “Vamos a imponer aranceles a los microchips (…) al petróleo y al gas”, afirmó desde el Salón Oval, añadiendo que también se aplicarán impuestos adicionales sobre el acero. Además, indicó que su administración evaluará medidas similares para las importaciones de la Unión Europea.
Chile observa con cautela las medidas de Trump
Desde Chile, principal exportador de cobre, las declaraciones del mandatario han sido seguidas con atención. Previamente el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren, pidió prudencia antes de anticipar un impacto negativo en el comercio nacional. “No hay nada concreto todavía, y lo que está claro es que Estados Unidos va a seguir necesitando el cobre chileno. Y creo que efectivamente hay que esperar, no hay que alarmarse”, declaró en una entrevista, antes de las recientes declaraciones de Trump.
Aunque aún no se conocen los detalles finales de la medida, el mercado internacional se mantiene atento a los efectos que esta política comercial podría generar en la economía global y en los países proveedores de cobre.