Mediante un comunicado los productores de achioria de Bío Bío, Malleco y Ñuble, expresaron su disconformidad con las negociaciones con la firma Beneo Orafti, luego de, por segundo año consecutivo, no llegar a un acuerdo respecto a los precios que regirán los contratos de esta temporada.
Se precisa que los productores recibieron con alegría la llegada de esta nueva alternativa agrícola, hace 12 años, y que han invertido tiempo y recursos para estar a la altura del cultivo. “Hoy ese entusiasmo se esfuma. La industria congeló el precio nominal desde hace tres años y ofrece un precio de $40.000/ton para la cosecha del 2017, lo que será, al menos un 15% menor al precio real del 2012. De esta forma, una vez más la industria asegura sus utilidades sin considerar en su negocio el de sus socios, los productores de su materia prima”.
También llama a los productores a analizar con detención su situación de costos y rendimientos antes de continuar con este cultivo, especialmente aquellos cuyos rendimientos han estado bajo el promedio.
“Resulta frustrante para los productores ver cómo la industria maneja las utilidades por hectárea de este cultivo, comparándolas con cultivos de granos como trigo o maíz, de manera que la achicoria deje márgenes similares o levemente superiores a estos, sin que ello tenga alguna relación con el negocio del producto final, que es la inulina y la oligofructosa para la exportación que obtiene Orafti”, dice el comunicado.
Se afirma que esta situación está produciendo un recambio de productores con el retiro de un 20% anual de ellos, lo que implica perder el aprendizaje que han logrado: “Esto, producto de los rendimientos erráticos que se presentan en muchos casos, sin que ello siempre tenga una explicación técnica, dado que aún falta bastante por investigar y aprender”.
Se agrega que “esta situación pone en riesgo el plan de la industria de lograr la meta de siembra para la próxima temporada. La empresa Orafti ha anunciado que de ser así, se vería obligada a traer materia prima semi elaborada desde su filial en Bélgica para ser refinada aquí. De cumplirse esta premisa, deja el cultivo de achicoria en una situación de extrema fragilidad para el futuro”.
Fuente: La Discusión