El balance de víctimas mortales a causa del terremoto de magnitud 6,2 en la escala abierta de Richter registrado el lunes en el noroeste de China ha aumentado a 148, según han confirmado este viernes las autoridades del gigante asiático.
Así, las autoridades locales de la provincia de Gansu, la más afectada por el seísmo, han indicado que hasta el momento se han confirmado 117 fallecidos, a los que se suman otros 31 en la cercana provincia de Qinghai, donde durante las últimas horas se han contabilizado nuevas víctimas mortales.
El terremoto ha dejado además cerca de 800 heridos en Gansu, entre las cuales hay 17 en estado crítico y 69 en estado grave, mientras que las autoridades de Qinghai han cifrado en alrededor de 200 los heridos, a los que se suman tres desaparecidos, tal y como ha recogido la agencia china de noticias Xinhua.
Así, las autoridades han abierto más de 310 centros de alojamiento temporal en Gansu, a donde se han desplazado hasta ahora 112.346 personas. Además, se han distribuido cientos de miles de cajas de medicamentos para los resfriados, los desórdenes digestivos, la hipertensión y la diabetes, entre otras enfermedades.
El hipocentro estuvo situado a diez kilómetros de profundidad, con el epicentro en la localidad de Liugou, a ocho kilómetros de la capital del condado de Jishishan, en Gansu, según la Red de Centros de Terremotos de China.
El Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Gestión de Emergencias de China asignaron 250 millones de yuanes (unos 30 millones de euros) en ayudas para los trabajos de reconstrucción tras el seísmo, que provocó también cortes temporales en el suministro eléctrico y el servicio de telecomunicaciones.