Este sábado Nayib Bukele inició segundo mandato como presidente de El Salvador, en una ceremonia frente al Palacio Nacional.
En su investidura, el mandatario pidió a los salvadoreños tomar la “medicina amarga” que recetará en este nuevo periodo con el fin de mejorar la economía, para posteriormente “sanar” al país del “cáncer” de las pandillas.
“Ya arreglamos lo más urgente que era la seguridad, vamos a enfocarnos de lleno en los problemas importantes, empezando por la economía”, expresó Bukele.
También tomó posesión Félix Ulloa como vicepresidente para un mandato de cinco años durante un acto al que han asistido representantes de las altas instituciones salvadoreñas, así como representantes extranjeros, como el Rey Felipe VI o el presidente argentino, Javier Milei.
En la instancia estuvieron presentes el presidente de Ecuador, Daniel Noboa; la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani; una delegación de Estados Unidos y personalidades como uno de los hijos de Donald Trump, Donald Jr.
En cambio, algunos diputados de los principales partidos opositores en El Salvador se restaron de la investidura, ya que sostienen que este segundo mandato viola la Constitución, pese a la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que abrió la puerta a la reelección.
Guerra contra las pandillas
Bukele fue reelecto en el cargo en las elecciones del pasado 4 de febrero bajo la bandera del partido Nuevas Ideas tras lograr un 84,65 por ciento.
Su triunfo se enmarca en la guerra contra las pandillas en el país, para la que Bukele impuso en marzo de 2022 un estado de excepción que continúa desde entonces, sin que haya visos de que termine.
El éxito de su estrategia de seguridad ha dado fruto en forma de unos 74.000 detenidos, el desmantelamiento de las pandillas e índices de homicidios de los más bajos de América Latina a través de la suspensión de derechos fundamentales, como el de expresión y organización.
Con información de Agencia Uno/ Europa Press.