Fundación Propósito realizó una consulta digital, en comunas de todo Chile, sobre el consumo de videojuegos entre menores en edad escolar durante las cuarentenas por la emergencia sanitaria del Covid-19. Los resultados generan alarma entre los expertos ya que los menores estarían expuestos a contenidos violentos e inapropiados para su edad.
“Preguntamos a los adultos que tienen bajo su responsabilidad niños, niñas y adolescentes, si el consumo de videojuegos después del confinamiento era mayor, menor o igual que antes. El 71,8% de los adultos consultados reconoce que actualmente es mayor, y reportan con alta frecuencia conductas asociadas a lo que la OMS llama ‘trastorno por videojuegos'”, explicó Israel Vilches, director de Estudios y Políticas Públicas de Fundación Propósito.
En promedio, los niños en edad escolar estarían gastando cerca de 5,2 horas diarias jugando frente a una pantalla, lo que les deja apenas 4,8 horas para otras actividades, sin contar las clases virtuales.
Pese a lo anterior, lo que preocupa a los expertos es que estarían consumiendo videojuegos calificados como “violentos, agresivos o inapropiados” pese a que la mayoría de los adultos responsables de su cuidado afirman saber lo que ellos juegan. Entre los contenidos mencionados destacan Fornite, Call of Duty y Gran Thief Auto.
En relación a los videojuegos señalados Vilches explicó: “El primero no es apto para menores de 12 años, y los dos últimos juegos no son aptos para menores de 18 años, según el ranking PEGI (Pan European Game Information). Esto significa que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes en Chile se estaría exponiendo a insinuaciones sexuales o posturas sexuales, lenguaje soez, e incluso a un nivel de violencia que alcanza representaciones brutales: asesinato sin motivo aparente, o violencia hacia personajes indefensos; normalización de la actividad criminal, uso de drogas ilegales y actividad sexual explícita”.
Es necesario señalar que, independiente del contenido, el incremento en el tiempo dedicado por los niños durante las cuarentenas a las pantallas es un factor que explica significativamente la manifestación de conductas nocivas.