
Una investigación desarrollada por la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile analizó el comportamiento alimentario infantil frente al consumo de verduras en niños, revelando que factores como la neofobia alimentaria y la disponibilidad según nivel socioeconómico influyen directamente en su aceptación.
El proyecto, financiado por FONDECYT Postdoctorado N° 3220401 (2022–2025) y liderado por la académica Karinna Estay, cerró su fase de difusión el pasado 11 de abril. En la misma jornada se presentaron resultados del estudio complementario U-Inicia UI-001/23, que aborda el rechazo a probar alimentos nuevos y su impacto en la nutrición infantil.
Ambos trabajos se realizaron en 15 escuelas de comunas diversas como Lo Espejo, Maipú, Ñuñoa y Las Condes, con participación de estudiantes de cuarto básico. Se emplearon metodologías mixtas, como encuestas, degustaciones, grupos focales y mediciones corporales.
“Uno de los hallazgos más relevantes fue que no se observaron diferencias significativas en el grado de gusto por verduras familiares entre niños de distintos niveles socioeconómicos. Esto sugiere que las diferencias en su consumo no estarían relacionadas con la aceptabilidad, sino más bien con desigualdades en el acceso y la disponibilidad”, afirmó Estay.
Además, la investigadora explicó que los niños con mayores niveles de vulnerabilidad presentaron más resistencia al consumo de verduras desconocidas, lo que se asocia a mayor neofobia alimentaria. También destacó que el gusto por estos alimentos se aprende con la exposición repetida.
Fomentar hábitos saludables desde la escuela
Durante el encuentro participaron comunidades escolares, donde se discutieron experiencias en huertos escolares y cómo los establecimientos pueden ser clave para promover el consumo de verduras en niños. Se compartieron ideas para intervenciones sensoriales desde el aula y se valoró el aporte de estudiantes, familias y profesores al estudio.
Entre los hallazgos, se observó que un 34% de los menores rechazó al menos una muestra vegetal, aunque algunos alimentos como microgreens de repollo morado y papa morada tuvieron buena recepción.
Como siguiente paso, el equipo espera postular a nuevos fondos que profundicen la relación entre percepción sensorial y aceptación de alimentos. Esta línea de investigación refuerza el compromiso de la universidad con políticas públicas en nutrición infantil.