
El inicio del año escolar representa un desafío para muchos estudiantes, especialmente los más pequeños, quienes deben readaptarse a las rutinas y enfrentar un nuevo entorno. En este proceso, el acompañamiento de la familia juega un papel esencial para facilitar la transición y reducir posibles episodios de ansiedad o inseguridad.
El rol de la familia en la adaptación escolar
Mónica Lepín, educadora de párvulos y editora de Caligrafix, resalta la importancia del apoyo familiar durante este periodo: “Cada niño es único y cada familia tiene su propia dinámica, lo que influye directamente en cómo los pequeños enfrentan este regreso”. Según la especialista, es fundamental validar sus emociones, permitirles expresar sus sentimientos y transmitirles seguridad.
La comunicación con los docentes también es clave. Compartir información sobre el proceso de adaptación de cada estudiante permite detectar a tiempo posibles dificultades y reforzar los aprendizajes desde el hogar. “En casa, se puede incentivar la autonomía, leer cuentos o realizar actividades lúdicas relacionadas con el aprendizaje”, sugiere Lepín.
Estrategias para facilitar el regreso a clases
Para lograr una transición más armónica, es recomendable implementar estrategias como:
- Hablar de manera positiva sobre el colegio, recordando experiencias agradables.
- Ajustar gradualmente los horarios de sueño y alimentación antes del inicio de clases.
- Involucrar a los niños en la organización de sus materiales escolares.
- Fomentar la autonomía en tareas básicas.
- Validar sus emociones y responder con empatía ante sus inquietudes.
- Motivar el reencuentro con sus compañeros de clase.
El establecimiento de rutinas estructuradas y un entorno emocional seguro son elementos esenciales para fortalecer la confianza de los niños en esta nueva etapa escolar. “Cuando la escuela y la familia trabajan de la mano, se construye una base sólida que favorece tanto la adaptación emocional como el proceso de aprendizaje”, enfatiza Lepín.
Señales de una adaptación difícil
En algunos casos, la transición al nuevo ciclo escolar puede presentar dificultades. La educadora menciona que es común que algunos pequeños experimenten llanto o ansiedad en los primeros días, sin embargo, si los síntomas persisten por más de un mes, es recomendable observar ciertas señales de alerta, como:
- Negarse constantemente a asistir a la escuela.
- Cambios en el estado de ánimo, irritabilidad o tristeza.
- Dificultades para relacionarse con otros niños.
- Dolores físicos recurrentes sin causa médica aparente.
Ante estos indicios, Lepín recomienda comunicarse con los docentes para analizar la situación y trabajar en conjunto en estrategias que brinden mayor seguridad al niño. Con el respaldo familiar y escolar adecuado, la adaptación al nuevo año académico puede convertirse en una experiencia positiva y enriquecedora para los estudiantes.